Luísa Sobral: "No toco mi música a mis hijos, me parece narcisista"

Luísa Sobral presenta este sábado en el Pazo da Cultura de Pontevedra su quinto disco, ‘Rosa’. Un trabajo más desnudo, con canciones dedicadas a sus hijos como ‘O melhor presente’

Luísa Sobral. EP
photo_camera Luísa Sobral. EP

Los niños viajaban en coche por Portugal. Los trayectos eran lentos, se aburrían. Luísa y Salvador Sobral hacían voces sobre las canciones del disco que su padre reproducía en bucle. Ella siempre supo que su vida no se despegaría de la música. Se fue a Boston y se formó en jazz, regresó y compuso canciones para numerosos cantantes, entre ellos su hermano.

Rosa suena menos a jazz y más a Luísa Sobral.
Es un disco más de cantautora, más desnudo, más crudo. Era muy importante que la palabra fuese la parte principal.

Su productor, Raúl Refree, lo define como "intensidad contenida", llegar a la emoción sin necesitar gritar.
No solo no tener que gritar, también no tener que hacer grandes arreglos y hacer una cosa muy intensa pero que parezca mucho más simple.

Y con imperfecciones que se cuelan en su voz como en Querida Rosa.
¡No soy nada fan de la perfección! Creo que las imperfecciones que nacen de algo emotivo tienen todo el sentido. Prefiero hacer algo imperfecto y bonito.

Es un disco dedicado a su maternidad. ¿Tuvo miedo a exponer demasiado a sus hijos?
Hay canciones dedicadas a ellos, pero no es un disco pensado para niños. O melhor presente es obvio que es sobre ellos. Dudé de si con esta canción estaba abriendo una puerta que nunca quise abrir a mi vida personal, pero creo que no.

Pero las letras sí que son muy personales.
Creo que las personas no saben bien lo que soy yo y lo que no. Aprendí con el tiempo a sentirme cómoda con esto, poder hacer que sea más auténtico y que las personas conecten con las canciones de forma más inmediata. El único sitio donde no tengo miedo de exponerme es en las canciones. En las redes sociales y en las entrevistas no hablo de mi familia, es muy raro que muestre imágenes de mis hijos.

Dice que tiene Instagram para ver solo recetas de cocina
Sí, porque me encanta cocinar. Se pierde mucho tiempo viendo la vida de otras personas y la vida de las que me interesan ya la sé.

Si no fuese cantante, sería actriz. Si no fuese ninguna de las dos, ¿sería cocinera?
Sí, tendría un espacio de cocina saludable. Cocinar para otras personas es algo que me da placer.

Rosa es un buen disco para escuchar mientras se cocina.
Mucha gente me dice que es bueno para despertar. Me gustaría que fuese para varias ocasiones diferentes, pero sí, a mí me gusta mucho cocinar con música.

¿Con qué música cocina últimamente?
Con Canções de roda. Llevaba mucho tiempo buscando un disco así, canciones tradicionales bien tocadas y con arreglos maravillosos. Es una forma de mantener viva la cultura.

¿Le canta Rosa a sus hijos?
Yo no toco mi música a mis hijos, me parece narcisista y extraño. Hay muchas cosas bonitas que quiero enseñarles. Mi marido sí que les pone mi disco cuando no estoy. Mientras estaba componiendo el disco estaba embarazada de Rosa, así que ella ya lo escuchó todo desde dentro.

Es un trabajo que canta al amor de formas muy distintas.
Sí, está Nadia con el amor por los hijos, pero también está el amor entre hermanos, el romántico…

Dice que solo puede escribir cosas tristes cuando está feliz. ¿Qué escribe cuando está triste?
¡No escribo! [Ríe]. Para mí es muy difícil eso. Para sacar el lado triste necesito estar feliz.

¿No es contradictorio?
Es como un actor. Para conseguir comunicar tristeza tiene que estar bien y equilibrado, para conseguir salir después de ese modo y estar bien. Pues a mí me pasa lo mismo.

Cuando tenía 12 años su madre se preocupaba porque solo escribía cosas tristes.
Sí, ya en ese momento me gustaban las canciones tristes. Siempre tuve fascinación por los temas melancólicos y calmados.

Con esa edad también fue cuando grabó los primeros temas con su hermano.
Eran algunas canciones solo, nunca edité aquello, fue solo para nosotros. Es el disco preferido de mi abuela, porque es el primero que hicimos.

Las primeras veces que cantaron juntos fueron en el coche.
No teníamos móvil y nos divertíamos de otra forma. Mi padre tenía un disco en el coche que acababa por tocar sin parar, nosotros aprendimos las canciones y hacíamos voces con ellas. Los viajes también eran más largos, era mucho tiempo y era la forma de pasarlo. Ahora, aunque no viajamos juntos, cuando estamos en casa sí que seguimos haciendo eso.

¿Concibe su experiencia con la música sin su hermano?
No, porque mi experiencia empezó con la familia. No consigo imaginarla sin mi padre. Fue la base de mi relación con la música. A mi madre también le gusta, pero mi padre es muy melómano.

Y trabaja de anticuario.
El siente mucha fascinación por la historia. Los buenos anticuarios deben serlo, porque todas las cosas que se encuentran tienen una historia detrás. Yo adoraba estudiar Historia para hablar con mi padre sobre eso. Él me contaba las partes que no estaban en los libros.

"Luísa no participa si Salvador está" 
Desde Eurovisión no quisimos hacer cosas juntos porque es importante que las personas vean nuestras carreras por separado. La gente venía a un concierto mío y preguntaba por él, y al revés. Nosotros no somos una banda. Podemos hacer cosas juntos, pero no siempre. Se esperaba que estuviésemos siempre como siameses… Fue importante para nosotros decidir no hacer nada juntos. Cuando participamos en un concierto del otro siempre es sorpresa, no lo anunciamos.

¿Piensa que la fama de él en Eurovisión también le llegó a usted?
Nunca sentí eso. Él pasó de ser el hermano de Luísa Sobral para ser yo la hermana de Salvador. Yo estoy segura del valor que tengo y adoro ser su hermana, no tengo problema con eso. Ser más famosa porque mi canción ganó el festival... sí, tal vez.

Usted es más tranquila, él es más loco. ¿Cómo se retroalimentan?
Yo soy más racional y controlada. En el escenario somos totalmente distintos. Yo con él aprendí a soltarme más, arriesgar, no estar siempre en mi zona de confort. También aprendí a disfrutar cada momento sin pensar demasiado. Él conmigo aprendió lo opuesto, a tener conciencia de que no todo es tan loco, que hay que centrarse, ser más comedido al hablar.

Y en este disco cantan juntos en Só um beijo. ¿Cómo decidió esta colaboración?
Tenía que ser un dueto obligatoriamente y adoro cantar con él. Lo valoré bastante porque pensé que las personas podrían pensar que me estoy aprovechando de él. Pero nunca atendí a lo que piensan los demás, siempre hice lo que quise, así que la grabé con él.

Más en Agenda
Comentarios