FORCAREI. Es muy probable que su teléfono, sobre todo si tiene un iPhone, se componga de moléculas hechas en Forcarei. Esta es parte de la producción de la firma ABCR Laboratorios, con sede en el polígono David Raposeiras de Vilapouca. Esta industria realiza formulaciones de productos orgánicos y elabora componentes para aparatos médicos (como lentillas) y silanos para adhesivos, pinturas, sellantes o poliuretano. Once años después de su apertura, ha ampliado su capacidad productiva, con una inversión de cinco millones ejecutada en los últimos dos años.
Para este crecimiento ha incorporado un socio, Evonik, una de las empresas químicas más grandes del mundo, que le suministra parte de las materias primas. Representantes de esta inversora visitaron ayer las instalaciones forcaricenses, que cuentan con una superficie total de 5.400 metros cuadrados. Lo hicieron guiados por el director general de ABCR, Benigno Arén, y acompañados también de la alcaldesa, Belén Cachafeiro, y del teniente de alcalde, Vicente Búa.
Con la citada ampliación, los reactores de la firma, fundamentales en el proceso de sintetización de sus productos, han pasado de una capacidad de 3.000 litros a 19.000. Si en 2018 de sus instalaciones salieron alrededor de 127 toneladas de producto terminado, con un total de 165 referencias diferentes, la previsión es pasar este año a las 500 toneladas y seguir diversificando el producto con "entre cinco y diez" nuevos tipos, según explicó su gerente. "En los últimos nueve años el crecimiento de nuestro volumen de facturación ha sido del 40%", situándose en estos momentos entre los seis y los ocho millones de euros.
En la nave del polígono forcaricense trabajan a día de hoy 58 personas, la mayoría químicos, y de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, pero también de otras localidades, como Vilagarcía, Santiago de Compostela, A Coruña o Lugo. El proyecto de ampliación de capacidad ha permitido incorporar 15 nuevos empleos y la previsión es contratar a otras tantas personas.
CLIENTE EXTRANJERO. ABCR produce para Francia, Alemania, Inglaterra, Taiwán, Estados Unidos, Japón, Irlanda, Canadá, Suiza o Portugal. Solo tiene un cliente español.
"Son tecnologías más avanzadas y en España hay muy pocas firmas que la usen", explica Benigno Arén.
