La abuela de Galicia vive en Silleda

Con 110 años, Concha Pichel coge el testigo de Celestina Penabad, de Xermade ▶La trasdezana comparte ranking de personas longevas con su vecina Ramona Costoyas, de 109

Concha, con su pandereta. B.P. - Centenaria de Silleda
photo_camera Concha, con su pandereta. B.P.

El fallecimiento, el pasado septiembre, de Celestina Penabad García a los 111 años en el concello lucense de Xermade, cede el título de abuela de Galicia a la silledense Concepción Pichel Sampaio, Concha, que celebró sus 110 primaveras en mayo.

Es difícil verificar con exactitud el censo de centenarios existentes en la comunidad gallega, pues la Administración autonómica carece de un listado al respecto y no todos los concellos llevan un registro de sus vecinos más longevos. Silleda sí lo hace, y sus datos corroboran que en su territorio viven dos de las personas de más edad de España, pues siguiendo los pasos de Concha está Ramona Costoyas Rey, vecina de San Tirso de Manduas, que a sus 109 años conserva una lucidez y una sonrisa envidiables.

Ramona Costoyas, en la puerta de su casa de San Tirso de Manduas. B.P.
Ramona Costoyas, en la puerta de su casa de San Tirso de Manduas. B.P.
 

Ninguna de las dos puede explicar cuál es el secreto de su longevidad. Quizás el buen humor que las caracteriza y, a su vez, el genio, ese del que tuvieron que echar mano para salir adelante en tiempos de hambruna. Ambas trabajaron en el campo, cuidaron de la huerta, de los animales y de la familia, tareas en las que aún ayudaba hasta hace unos tres años Concha Pichel, hasta que una rotura de cadera la postró en una silla de ruedas. También a Ramona Costoyas le flaquean las piernas, lo que le obliga a pasar el día sentada.

Pero las dos se levantan cada mañana y apenas toman medicación. "Uns días está de mellor humor ca outros, pero de saúde está ben", asegura Magín, uno de los siete hijos que tuvo Concha, con quien vive en la casa familiar de Vilar. El pasado mayo, la centenaria abrió las puertas de su casa a los medios de comunicación con motivo de su 110 cumpleaños y vuelve a hacerlo, amablemente, ahora que la sitúan como abuela de Galicia. Para ellos sigue tocando la pandereta –como se puede apreciar en el vídeo inferior–, conservando la música como una de sus diversiones, aunque el oído ya le falla.

No es así en el caso de Ramona, a quien su buena audición le permite escuchar la televisión durante buena parte del día. "A Galega", como ella dice, es su entretenimiento. Una asistenta y su cuidadora, María José Domínguez, la levantan y la asean alrededor de las diez de la mañana, luego se queda sola, sentada en su silla de ruedas en la cocina, frente al televisor, hasta la hora de la comida, que le lleva María José. Este miércoles tocó pescado, patatas con guisantes y tomate. "Gústame de todo", dice, aunque su predilección es el pulpo. Luego, duerme la siesta hasta las cinco, tras lo que la levantan de nuevo. Tras la cena, vuelve a la cama y la noche la pasa sola.

Tuvo cuatro hijos. Dos de ellos viven fuera y uno falleció hace años. Le gusta estar en su casa, ni siquiera salir al jardín. Los 109 los cumplió en agosto, pero no pudo celebrarlo porque se puso enferma. Sufrió una gastroenteritis que le ha quitado el apetito. La memoria la mantiene. Recuerda su viaje a Buenos Aires para visitar a familiares. "Nunca tanta calor pasei; era morrer! Aínda que me volvera de 15 e me pagaran por ir, non volvía!", dice riéndose. Ramona vivió otros tiempos, pero está en este. "Recordo sentir ós vellos dicir: As mulleres non precisan ír á escola. Para que, para escribirlle cartas ós mozos? A muller necesita a escola coma o home!, pero antes tiñan esa crenza", explica.
 

Larga vida. Tres centenarias en Trasdeza y un gran número de vecinos a punto de llegar al siglo de existencia
La nómina de personas centenarias en Silleda es significativa. Además de Concha Pichel, que celebró los 110 años el pasado 11 de mayo, y de Ramona Costoyas, que cumplió los 109 el 10 de agosto, completa el listado de vecinas que superan el siglo de vida Florentina Vidal Ferreiro, de la parroquia de Laro, que en septiembre alcanzó los 101 años.

El ranking en el municipio era incluso mayor hasta hace unos meses, en que fallecieron otras dos vecinas, de 104 y 100 años. Curiosamente, todas las personas centenarias son mujeres. Fuentes del Gobierno municipal apuntaban también el miércoles que existe un gran número de vecinos de más de noventa años, que están a las puertas de cumplir el siglo de vida.

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