Los ángeles de la guarda del rural

Manuel Sueiro y Manuel García son dos de los 14 agentes medioambientales de la provincia que reparten medicamentos, alimentos y conversación entre las personas mayores aisladas
Manuel Sueiro haciendo una entrega de medicamentos. PATRI FIGUEIRAS
photo_camera Manuel Sueiro haciendo una entrega de medicamentos. PATRI FIGUEIRAS

Un gesto, una sonrisa o una conversación supone una inyección de adrenalina para sobrellevar mejor el duro confinamiento al que se ha visto sometida la población a causa del terremoto del coronavirus. Y cuando se trata de una persona mayor, que no cuenta con las mismas capacidades de movimiento para valerse por sí misma en esta época de pandemia mundial, y durante la que un paso en falso hacia el exterior puede suponerles adentrarse en una grave enfermedad o incluso la muerte, sumado al aislamiento social en el que viven muchos y muchas ancianas en el rural, la cuarentena se hace, si cabe, todavía más dura. Frente a esta soledad, los concellos de la provincia han puesto en marcha todos los motores de los servicios sociales para no dejar a ninguna persona "abandonada" a la buena suerte. Y esto lo consiguen gracias al trabajo diario y voluntariado tanto de Protección Civil como de grupos de personas que no dudan en mostrar su empatía al mundo en esta época de crisis mundial.

Manuel García haciendo una entrega de alimentos. PATRI FIGUEIRAS
Manuel García, durante una entrega de alimentos. PATRI FIGUEIRAS
 

Sin embargo, toda la ayuda es poca y teniendo en cuenta la cantidad de personas mayores que viven en el rural pontevedrés, sumado a la distancia entre una aldea y otra, se hace necesaria la movilización de más agentes que puedan velar diariamente por el bienestar de los mayores del campo. Justamente por este motivo la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Medio Ambiente, puso en marcha hace casi dos semanas un programa de voluntariado en zonas rurales para garantizar la cobertura de las necesidades básicas de personas mayores o con algún tipo de discapacidad. Concretamente, hay 14 agentes disponibles en la provincia de Pontevedra, 14 en A Coruña, 14 en Lugo y 16 en Ourense.

Y desde ese preciso instante, Manuel Sueiro y Manuel García Rego se han convertido en auténticos ángeles de la guarda de los ancianos del concello de A Estrada. Si necesitan medicamentos o alimentos, ahí estarán ellos para abastecer sus necesidades; y si lo que quieren es una conversación o un gesto de cariño no cabe duda de que, siempre que su trabajo diario se lo permita, serán todo oídos para sus palabras.

La concejala de Servizos Sociais, Amalia Goldar, explica que unas 50 personas mayores están siendo atendidas en todas sus necesidades desde que comenzó el estado de alarma por efectivos de Protección Civil del municipio y por voluntarios particulares, que no dudan en aportar su grano de arena a la causa y velar por la integridad de los mayores. Sin embargo, debido a la extensión de la capital de Tabeirós-Terra de Montes y a la dispersión de los núcleos de población, la ayuda de los dos agentes medioambientales destinados en la zona se hace necesaria e indispensable, lo que contribuye también a que los ancianos reciban una atención inmejorable.

"Los agentes van al domicilio, debidamente identificados, y recogen la lista de la compra, la tarjeta sanitaria para comprar medicamentos o lo que necesiten", explica la edil estradense. A continuación, los efectivos lo entregan en el departamento de Servizos Sociais, que es el encargado de realizar las compras. Una vez esté el pedido listo, se les llevará al domicilio. A veces, son los mismos agentes los que recogen las medicinas en las farmacias o en algún establecimiento, todo ello dependiendo de las necesidades de todas las partes.

Manuel García, con la compra para un vecino. PATRI FIGUEIRAS
Manuel García, con la compra para un vecino. PATRI FIGUEIRAS
 

Así, Sueiro y García reciben diariamente llamadas de Servizos Sociais para "regalar" tranquilidad a los mayores del rural estradense. Y lo hacen, aseguran ambos, encantados y felices de poder realizar una labor tan importante como es el cuidado y la atención a los ancianos que viven solos y aislados en una aldea del rural.

"Son moi agradecidos. Estámoslles axudando levándolles medicamento e cousas do supermercado e trátannos estupendamente, están encantados e nós igual", indica Sueiro.

Y es que aparte de estos enseres, los agentes medioambientales regalan conversación, una acción que vale oro en el estado actual de confinamiento. "Ao ser xente que está sola teñen unhas ganas de falar tremenda. Está cada un coa súa historia, de cando eran pequenos... se non temos apuros escoitámoslles e dámoslles ánimo, charlas un pouco con eles e marchan encantados", apunta.

Y es que estos trabajadores de la Consellería de Medio Ambiente conocen bien la situación de aislamiento acrecentado que viven los ancianos en el rural. Y que estas personas sientan que tienen a alguien cerca para cuidar de ellos les hace más fuertes para combatir esta situación.

Manuel García secunda a su compañero y asegura que "te lo agradecen mucho, nos dicen que aún menos mal que estáis y te das cuenta de que incluso no hay desconfianza".

Estos agentes coinciden en valorar este servicio como excepcional, tanto por parte del Concello de A Estrada, como de la Xunta y de las propias personas que reciben el servicio. De hecho, el departamento de Servizos Sociais está en permanente contacto con estas personas, y si no les cogen el teléfono, Sueiro y García no dudan en ir a su domicilio a comprobar que se encuentran bien.

"Te pones a hablar con ellos un poco, siempre te cuentan alguna historia y tú le das un poco de charla. Vas a su domicilio y estás pendiente de ellos, por lo menos que vean que te preocupas", señala.

Así, día tras día, estos ángeles de la guarda siembran cariño, cuidados y tranquilidad entre uno de los sectores de la población más agradecidos y que estos días más lo necesita.

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