El Concello de Lalín se ha topado con un imprevisto que dificulta el remate de las obras de reforma de su Praza da Vila. Los excrementos de los estorninos que se posan en las ramas de sus cedros impiden colocar el pavimento de caucho que recubrirá el hormigón en las áreas de juego. El firme acabaría "quemado" por la corrosión de las heces. Así lo explicó este viernes el alcalde, José Crespo, que supervisó el avance de la obra.
El Concello estudia fórmulas para espantar estos pájaros. Ha contactado con una empresa que utiliza halcones como elemento de disuasión, pero el trabajo costaría unos 12.000 euros y sería "unha labor de meses". Otra opción pasaría por echar mano de un sistema de ultrasonidos. Una vez elegida la solución más viable, la Administración local estudiará la posibilidad sufragar el coste a través de Galitec, la empresa adjudicataria de la obra, para agilizar los trámites.
Por otra parte, las propias raíces de los cedros del parque, de gran altura, generaron dificultades a la hora de configurar las áreas de juego proyectadas. Atrancos, todos ellos, que ralentizaron los trabajos, de ahí que el Concello haya otorgado una prórroga de un mes a la empresa constructora. Así, la previsión es que la reforma pueda "estar rematada dentro dun mes", según preció el responsable de la empresa. Más adelante, el Gobierno proyectará una segunda fase de humanización.
