"La lucha por la memoria histórica está en el kilómetro cero"

El 20 de julio de 2019 Fernando Salgado dio a conocer al mundo la historia de su abuelo, Pancho Varela, fusilado en el franquismo. El periodista y escritor visitará este viernes Silleda para presentar la obra '1306/36' en la Casa da Cultura, en un acto que tendrá lugar a las 20.00 horas

Fernando Salgado. DP
photo_camera Fernando Salgado. DP

Fernando Salgado desgrana en 1.306/36 el activismo y la lucha por la libertad que caracterizó la vida de su abuelo, Pancho Varela, fusilado en el franquismo. Mañana presentará su obra en Silleda, acompañado de la edil de Cultura del municipio, Mónica González, y de la periodista Blanca Paz.

El libro, desde que se publicó, ha recorrido numerosos lugares. ¿Cómo está siendo la acogida?
El recorrido de este libro comenzó el día 20 de julio de 2019 en Monleras (Salamanca), la localidad en la que vivió sus últimos días en libertad Pancho Varela y de la que nada sabía hasta entonces. De sus alrededor de 300 vecinos, más de medio centenar acudieron al acto. No podré olvidarlo nunca, y tampoco las muestras de cariño hacia quien era un desconocido para casi todos. Desde entonces visitamos muchos lugares y la acogida fue siempre cordial. Creo que por dos motivos: la presentación de un libro es siempre un acontecimiento positivo, y al tratarse de un trabajo relacionado con la memoria histórica se suma la empatía de quienes interiorizaron las consecuencias de la tragedia y la represión, sean o no familiares de sus víctimas directas.

Usted dijo en una entrevista que los derechos que en su momento defendió Pancho Varela es una lucha que sigue vigente hoy en día.
Absolutamente. Reivindicar la República es reivindicar la dignidad de los seres humanos libres e iguales ante la ley y poner fin a los privilegios que protegen a instituciones como la Iglesia, la Monarquía o el Ejército. Hoy, más que nunca, están vigentes las reivindicaciones ante la feroz ofensiva organizada contra todos los derechos y conquistas sociales, la privatización de los sectores básicos de la producción, la imposibilidad de acceder a una vivienda y la negación del futuro a los jóvenes. Quieren convertir a los hombres y a las mujeres en siervos.

¿Cómo conoció la historia de su abuelo?
En mi casa siempre se habló muy de refilón sobre este tema: la vida nos llevó de un lado a otro, y cuando se despertó la conciencia en relación con la memoria histórica me impliqué en la lucha contra el olvido trabajando en distintos colectivos. Esa relación me permitió acceder al sumario 1306/36 y conocer detalladamente lo sucedido, leyendo sus más de 300 folios. Fue el punto de partida del libro, que complemento con testimonios recogidos en varios lugares, descripciones de los escenarios por los que transcurrió su vida y también con unos apuntes de prácticamente todos los componentes de los tribunales que ordenaron su asesinato.

La vida de su abuelo tiene muchas similitudes con la suya...
Creo que la trayectoria de Pancho Varela, como activista social, cultural y político que fue, al igual que como estudiante implicado en las demandas de su colectivo, juez dispuesto a no ceder ante los poderosos y periodista que reivindicó mejoras para sus vecinos de Cerdedo y denunció los chanchullos del caciquismo, es un reflejo de los miles de republicanos que apostaron por un futuro mejor y también de quienes actualmente siguen el mismo camino trabajando en asociaciones y colectivos que con su labor altruista, y sin más medios que su esfuerzo, cubren un espacio del que deberían encargarse las instituciones públicas. Los dos somos periodistas, activistas y republicanos: me identifico plenamente con él.

¿Cree que este libro hace justicia a su abuelo?
Además de rescatar su imagen política y social y la de su generación, también quise plasmar ilusiones de un veinteañero inquieto que, además de seguir los acontecimientos que se estaban desarrollando en el mundo, era un joven enamorado de mi abuela, Mercedes, y ambos querían poner en marcha un proyecto de vida en común, cuyas vidas truncó el golpe de estado y la represión posterior.

La exhumación de Franco era para muchos una deuda histórica. ¿Cuál es su opinión?
La lucha por la memoria histórica está en el kilómetro cero y mientras Hitler sea el dictador malo y Franco el bueno, avanzará bien poco. Bastaría con estudiar la trayectoria de las empresas que cotizan en el Ibex 35 para comprobar que se forjaron en los trabajos forzados, el expolio, el robo y la sangre, y que quienes amasan las fortunas son los descendientes (biológicos e ideológicos) de los que arrasaron España con nazis y fascistas como aliados. Por ahí habría que empezar.

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