"En el interior hay menos presión de precios y el AVE despierta la demanda"

Las aldeas perdidas de Pontevedra siguen despertando interés en toda la península y son demandadas para reiniciar proyectos vitales
Aldeas de Cerdanelo, en Forcarei. PATRI FIGUEIRAS
photo_camera Aldeas de Cerdanelo, en Forcarei. PATRI FIGUEIRAS

Para Agustín Pacheco, de SIP 4 Inmobiliaria, no existe el concepto de aldea fantasma. Él solo ve casas que se podrían habilitar con más o menos inversión en un entorno que, tal vez por proceder de fuera de Galicia, le llama la atención y le "encanta". Esto ha llevado a que su inmobiliaria, con una oficina central en Pontevedra, se esté especializando cada vez más en las ventas de inmuebles situados en la Galicia vaciada que otras entidades comerciales ni se plantean sacar adelante.

"Aunque en Pontevedra vendemos casas, cada vez me centro menos en eso, porque los propietarios, cuando les doy una valoración de lo que creo que habrá que invertir y lo que tendrían que rebajar el precio, prácticamente se ofenden y me echan. Frente a esos precios que hay en la zona más próxima a la costa, en zonas como Lalín, en Silleda, o en Ourense, estamos notando mucho interés".

Esto ha hecho que, si se quiere evitar que una aldea o núcleo llegue a quedarse desocupado y en el olvido largos años, los propietarios recurran a él. En este momento, una de las "joyas" de su cartera es un conjunto de cinco casas en Lalín. "Lo he enseñado varias veces y hay mucho interés por sus posibilidades".

Agustín, ayer, con un grupo de personas interesadas en la propiedad de Trigueira, en Lalín.
Agustín, este lunes, con un grupo de personas interesadas en la propiedad de Trigueira, en Lalín.

Se trata de un conjunto ubicado en A Trigueira, en Lalín, en un entorno próximo al río Deza y en plena Rede Natura. El precio ha hecho que, desde que Agustín Pacheco subió la propiedad a su perfil comercial, contase ya con varios candidatos que realizaron largos viajes para verlas. "Unos vinieron de Barcelona y otros de más cerca". Este conjunto es el de una aldea que aún suma algunos habitantes y que tiene ya varios ejemplos de casas convertidas para el turismo rural. "En este caso, al ser cinco construcciones, veo que los que la visitan se plantean sobre todo eso: arreglar una para vivir e ir reparando otras para que sean alojamientos o algún tipo de uso".

CONJUNTO. En total este conjunto cuesta 50.000 euros, cuenta con varios miles de metros de terreno e incluso llega a ser colindante con el río que atraviesa la Serra do Candán, en cuyo corazón se ubica.

Agustín cuenta con varias experiencias similares y sus ventas y viajes recientes tienen que ver con la revolución del rural. "Recientemente he vendido una casa en Tenorio que era un convento femenino, de planta baja y realmente precioso", explica, aunque casos como esos, aún siendo del rural distan mucho de lo que ofrecen las aldeas perdidas. "Ourense y la zona de Ribeira Sacra son de las zonas en las que veo que está creciendo la demanda. No hay tanta presión por el precio y a la gente le gusta la posibilidad de tener una cabaña o una casita en la montaña".

La llegada del AVE, asegura el agente inmobiliario, se está notando, cada vez son más las personas que buscan ver las propiedades ubicadas en concellos como Forcarei, Cerdedo-Cotobade, Lalín o Silleda. Ahora está a tres horas de Madrid y este cambio está notándose en la propia actitud de las personas", concluye.

De Madrid a Refoxos: "Vi la casa en plena pandemia y no quise esperar"
Precisamente con ayuda de una inmobiliaria las dos hermanas procedentes de Madrid Manuela y Mari Carmen están completando en estos meses su aterrizaje en Refoxos. "Una de ellas llegó buscando una casita en un pueblo del interior y poco después otra compró al lado", indica el agente. Se trata de Manuela, más conocida por Carol en su entorno; y Mari Carmen, que para los amigos y vecinos es Míchel desde pequeña.
Las dos hermanas, en la casa de Manuela, con su familia. DP
Las dos hermanas, en la casa de Manuela, con su familia. DP


Ambas son descendientes de un gallego y buscaban vías para romper con el ajetreo de Villanueva de la Cañada y Burgos. Del primer lugar llegó Manuela, en plena pandemia, con una invitación de la inmobiliaria impresa para no llevarse una multa por moverse por el país. Le gustaba una casa en Refoxos y no quiso arriesgarse "a esperar y perderla". La vivienda la enamoró y antes de la segunda oleada ya la había apalabrado.

En Madrid dijo "que este era el paso que quería dar y que lo haría sola o acompañada" y su marido y su hijo no dudaron en subirse al barco. En Refoxos inició las obras y desde febrero de este año ya está en Galicia, previa prejubilación de su negocio de peluquera canina.

Su proyecto incluye la vida rural, "llevarnos bien con nuestros 30 vecinos, que por suerte nos tratan muy bien, y dedicarme a restaurar muebles", algo que es una de sus pasiones.

A los pocos meses de conocer la decisión dsu hermana, Mari Carmen decidió trasladarse también a Galicia. "Yo había buscado por toda España, me pateé Andalucía tratando de encontrar algo así", dice la primera hermana. "Somos descendientes de gallegos y hemos vivido la aldea de pequeñas, así que esto nos encanta", dice Mari Carmen. Ella está pendiente aún de arreglar su casa. Solo 500 metros separan a una de otra vivienda. "El rural podría tener más servicios. Alcantarillado, por ejemplo. Porque las casas que llevan muchos años deshabitadas no tienen ni fosa séptica", reflexiona. A pesar de todo, la decisión, el cambio de la vida urbana a la rural, no les ha dado miedo. "Siempre estuvimos en zonas en donde dependíamos de coches, pero por lo demás, esto es lo que nos encanta", afirman.

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