Emilia Pardo Bazán, uno de los referentes culturales y sociales de la historia de Galicia, vuelve a la actualidad al celebrarse este año el centenario de su fallecimiento. Muchos son los lugares de la geografía galaica donde se puede ver la huella de esta condesa que fue novelista, periodista, feminista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante introductora del naturalismo en España. Uno de ellos es el Pazo de Liñares, una casa señorial situada en el lugar del mismo nombre, en la parroquia de Prado, perteneciente al concello de Lalín.
En ese paraje y dentro de esos muros se guardan interesantes historias que fueron desarrollándose desde el siglo XVII, cuando Álvaro Núñez Taboada, de la Casa de Bendoiro, promovió su edificación. No obstante, tras pasar por diferentes propietarios y situaciones, acabó dejado de la mano de Dios y perdido para los habitantes de la comarca y los visitantes que buscan empaparse de la historia y la cultura dezana.
El Concello de Lalín acudió a su rescate ya en este nuevo siglo XXI. Lo adquirió en 2002 y llevó a cabo una rehabilitación que recuperó el esplendor de este monumento de estilo barroco. En 2009 fue declarado Bien de Interés Cultural y desde 2014 funciona como un contenedor cultural multidisciplinar. Sin duda alguna, un espacio de obligada visita para los que quieren empaparse de la cultura gallega.
Espazo Liñares ofrece muchos atractivos. El arquitectónico y el histórico vienen adheridos al propio pazo, pero además nos encontramos con salas y lugares donde disfrutar de piezas únicas. Es el caso del Centro de Gestión del Conocimiento Arqueológico, dependiente del Museo Provincial de Pontevedra y, por tanto, a cargo de la Diputación. Tiene como finalidad contribuir a ahondar y mejorar el conocimiento arqueológico de los restos encontrados en Galicia en yacimientos galaico-romanos.
En el recorrido podemos contemplar también la sala dedicada al aviador Joaquín Loriga Taboada. Famoso a nivel nacional por sus hazañas, en tierras dezanas es un vecino ilustre. El segundo apellido nos da una pista. Pertenece a la familia que dio origen al Pazo de Liñares y cuya tradición militar quiso continuar, en este caso ligada a la aviación, que comenzaba a dar sus primeros pasos al mismo tiempo que el siglo XX.
De tierras holandesas procedía el geólogo Jan Dirk Hilgen, cuyo legado de material bibliográfico y de elementos que utilizó para sus actividades científicas también se exhiben en el Espazo Liñares. Un enamorado de Galicia que llegó a esta tierra en 1958 y durante tres décadas recogió minerales en los montes del Candán. Ahí mismo descansan las cenizas de este hijo adoptivo de Lalín cuyos trabajos son estudiados por las nuevas generaciones en la universidad.
Otra muestra para el deleite es el Museo del Juguete y las Marionetas, que se trasladó al pazo y acaba de concretar su instalación, que tuvo ciertos retrasos por la situación sanitaria de estos últimos meses. Los exteriores también merecen nuestra atención, aunque no se puedan contemplar los interiores de construcciones como la capilla, el hórreo, el palomar circular, los hornos o la casa de servicio.
Y volvemos a Emilia Pardo Bazán para finalizar la visita, con una teatralización que tendrá su segundo acto el 13 de junio. Su amigo Amalio Taboada y ella recorrerán nuevamente el pazo gracias a la magia de los actores y actrices. El Palacio del Recuerdo. Así lo llamó la escritora coruñesa.