La tensión de la campaña está marcando máximos en Ponte Caldelas, a pesar de que uno de los partidos, el PSOE, no ha convocado aún actos electorales. La formación del alcalde Andrés Díaz parece volcada en la celebración de la Festa da Troita por las parroquias, que en esta ocasión se ha visto teñida por la política, al expulsar Díaz a los organizadores, Amigos da Troita, por ir en otras candidaturas (PP y Cs). Ahora, personas de su lista, familiares y afines fríen y reparten las truchas en cada cita. Díaz ya fue criticado en abril por esta idea, pero ya en plena campaña, al seguir en el rol de "repartidor" de truchas unió a todos los partidos en la certeza de que esta Festa da Troita se ha transformado en un acto electoral del PSOE. Así lo reconocen los candidatos de PP, BNG, Ciudadanos y En Marea. Antón Xil (PP) critica que "que o alcalde reparta gratis troitas a mansalva, viño, licor café, nun xesto de dubidosa imparcialidade, non parece moi institucional en plena campaña". Roi Márquez, de En Marea, cree que "o alcalde errou ó prescindir da asociación" y que "as rencillas persoais tiña que arranxalas sen prexudicar aos demais". Márquez pide equidad con los espacios publicitarios, pero los demás candidatos dicen que eso es inútil, porque sobre los carteles de mítines, una "mano negra" pega los de la Troita. No hay casualidad posible: el de la fiesta tapa siempre la cara del candidato rival. "Hai guerra suxa, pero non pola nosa parte", reconoce Lito Muíños, del BNG, que se desmarca de la decisión de Díaz sobre Amigos da Troita y reconoce "politización" de la cita. Selene Domínguez, de Cs y expulsada de la asociación, pide a los vecinos que "non se deixen comprar cun plato de troitas" y recuerda que "ten que haber sitio para todos" en la política y en la villa.
