Redescubriendo a Ramón Aller

La que fue su casa, reconvertida en museo municipal y en pequeño observatorio, abre una exposición que se irá renovando con material inédito de este hijo ilustre de Lalín

Un barómetro, un microscopio y una brújula, entre documentos. B.P.
photo_camera Un barómetro, un microscopio y una brújula, entre documentos. B.P.

El despacho de don Ramón María Aller Ulloa (1878-1966), con muebles muy bien conservados y algún libro y documentos científicos, recibe desde hace años a los visitantes del museo municipal de Lalín, que lleva el nombre de este astrónomo, matemático y sacerdote hijo ilustre de la localidad que lo vio nacer. Pero desde este viernes este legado no es el único que se exhibe del erudito. Quienes quieran ahondar más en su vida y obra pueden visitar la muestra con material inédito abierta en la segunda planta del edificio, otrora casa de este sabio y reconvertida después en el primer observatorio astronómico de Galicia.

Para quien ama y conoce al dedillo la vida y obra de Ramón Aller es difícil elegir una pieza que destaque sobre las demás

Las primeras piezas elegidas para la muestra, colocadas en cuatro vitrinas y ordenadas por cronología y temática, serán exhibidas durante seis meses. Luego, la exposición se renovará con más material. «Hai moitísimas pezas. Só con dicir que teño máis de 20.000 documentos escaneados, faise un unha idea», explica Cecilia Doporto, encargada del Museo Municipal Ramón María Aller Ulloa y autora de la tesis doctoral sobre él, en la que se utilizó el material ahora expuesto. En la inauguración participaron la edila de Cultura, Lara Rodríguez, y el teniente de alcalde, Nicolás González Casares. Por la tarde, la exposición fue visitada por descendientes del ilustre.

Para quien ama y conoce al dedillo la vida y obra de Ramón Aller es difícil elegir una pieza que destaque sobre las demás. Pero si tiene que mencionar una, Doporto, alude a la factura de la imprenta Roel por la edición de la primera publicación del astrónomo, de la que se cumplen cien años este 2018. Puede verse, perfectamente legible, al inicio de la exposición, en el mismo apartado donde se guarda la primera fotografía que se conserva del autor, siendo un niño de apenas un año. Es una imagen que el padre de Ramón Aller dedicó a los abuelos paternos de la familia.

En tela y en papel se muestra también el título en Sagrada Teología del sacerdote, varias medallas, dibujos de casullas, tarjetas de presentación como presbítero y sus carnés de clérigo y de profesor universitario en A Coruña.

Un recuerdo de su primera misa, en 1900; fotografías de su primer observatorio, entre los años 1917 y 1923; una cámara personal y diverso material de uso astronómico y fotográfico, como algunas de las 124 placas que se conservan completan la primera vitrina de la exposición. En ella tienen cabida también varias gafas personales de Ramón Aller o las primeras instantáneas de observaciones de un cometa y de la luna, datadas en 1911.

COMO ARQUITECTO. Una de las facetas más desconocidas de Ramón Aller fue la de arquitecto y diseñador. Apunta Doporto que "fixo máis de sesenta planos de casas de Lalín" y que participó también en proyectos de apertura de calles en la localidad en torno a los años treinta del pasado siglo. Algunos de sus dibujos y trazados, como, por ejemplo, uno referido a la ampliación de la iglesia parroquial, puede observarse en la muestra. Se acompañan también de otros diseños en blanco y negro y a color de diferentes artilugios e instrumentos, casi todos pertenecientes a los años 1904 y 1905.

Medallas, instrumentos varios como una brújula, un microscopio o un barómetro portátil son otros de los objetos curiosos que llevan al visitante a retrotraerse en el tiempo

Siguiendo el recorrido por la exposición, la tercera vitrina exhibe varios oficios de nombramientos y algunas de las 900 epístolas que se conservan de Ramón Aller, referidas al carteo que mantenía con científicos y personas de relevancia de la época. También se exhiben los documentos relativos a su nombramiento como numerario de la Real Academia Galega o como vocal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, así como otro referido a una petición para dar su nombre al instituto de Lalín inaugurado en 1954.

Medallas, instrumentos varios como una brújula, un microscopio o un barómetro portátil son otros de los objetos curiosos que llevan al visitante a retrotraerse en el tiempo. Lo harán también leyendo algunos de los testamentos realizados por el astrónomo, pues elaboraba uno cada vez que realizaba un inventario para indicar a quien donaba el material, nombradamente, al observatorio de Santiago.

MATEMÁTICO RODRÍGUEZ. Otra de las joyas que atesora la exposición es la biografía original de José Rodríguez González elaborada por el propio Aller. Conocido como Matemático Rodríguez, el lalinense fue uno de los padres del sistema métrico decimal. La pieza puede verse en la cuarta y última vitrina, junto a libretas de cúpula, apuntes de clase o libros y proyectos. Uno de ellos fue encontrado en el Observatorio de la Armada en Cádiz. También revistas publicadas por el científico y dípticos sobre los distintos homenajes de los que fue objeto.

Según apunta Doporto, están catalogados 124 libros, artículos y proyectos de mas de diez páginas autoría de Ramón Aller.

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