La Guardia Civil investiga tres robos perpetrados en la capital dezana, uno de ellos en la noche del sábado al domingo pasados en un colegio y los otros dos en la madrugada del miércoles, en un instituto y en el Centro Sociocomunitario. Todos ellos guardan similitudes en lo que al modo de proceder de los ladrones se refiere y también en el escaso botín sustraído.
La responsable de la cafetería del instituto Laxeiro se topó a las ocho de la mañana con el cristal de la puerta de acceso al local roto. Se sospecha que los cacos utilizaron para ello un extintor. Una vez dentro, se llevaron las monedas para el cambio de la registradora (unos 150 euros), chucherías, chocolatinas y zumos. El establecimiento había cerrado poco después de las nueve de la noche del martes, si bien el centro lo hizo más tarde.
Se sospecha que los autores del robo pudieron haberse escondido en alguna dependencia para quedarse dentro a la hora del cierre, o bien que accedieron por una de las puertas de emergencias. A última hora de la mañana, la dirección del centro tenía previsto presentar la pertinente denuncia ante la Guardia Civil, cuyos agentes estuvieron ya por la mañana buscando huellas y posibles pistas para dar con los autores. "É a primeira vez que nos entran", reconocía el director, Uxío Grande.
También en la madrugada del miércoles fue objetivo de los amigos de lo ajeno el Centro Sociocomunitario de Lalín, donde se cree que entraron por una de las ventanas de los aseos. Una vez dentro, revolvieron cajones y forzaron una reja del mostrador de la cafetería, de donde sustrajeron un reloj de pulso y no más de dos euros (dejaron paquetes de monedas de céntimos), pues la responsable del bar acostumbra a llevarse la recaudación al final del día.
El primero de esta oleada de robos denunciado fue el que sufrió el colegio Sagrado Corazón de la capital dezana en la madrugada del pasado domingo. Los ladrones accedieron por un jardín trasero y fueron forzando las ventanas hasta que consiguieron abrir una por la que entrar.
Una vez en el interior, estuvieron dando vueltas por el colegio, dando patadas a las puertas para abrirlas y se comieron bombones que había guardados. Se llevaron un teléfono móvil de la mesa de Secretaría, una mochila y una cámara de fotos de la sala de profesores, según indicó este miércoles el director, Joaquín Pereira.
