"Si pasamos a 300 metros lo hallamos, pero pudo andar hasta 20 kilómetros"

El perro que fue clave para dar con el niño que arrastró la riada en Mallorca buscó desde el lunes al silledense desaparecido hace 21 días

Arsa, seguido de su guía (izquierda) y de otros agentes, iniciando la búsqueda en Martixe. B.P. - Desaparecido en Silleda
photo_camera Arsa, seguido de su guía (izquierda) y de otros agentes, iniciando la búsqueda en Martixe. B.P.

Este jueves se cumplen 21 días de la desaparición del septuagenario Julio Félix Fernández Vázquez. En la mañana del pasado 11 de octubre salió a pasear, como tenía costumbre, y ya no regresó para comer. Su pista se perdió en la parroquia de Martixe, donde habló con un vecino. Allí se inició este miércoles el tercer día de búsqueda con la participación de Arsa, un perro labrador del Servicio Cinológico Central de la Dirección General de la Guardia Civil, llegado desde Madrid tras participar en los rescates por las inundaciones de Mallorca, en los que fue clave para encontrar al niño arrastrado por la riada.

El perro peinó desde el lunes algunas de las zonas por las que se sospecha que pudo haber pasado el silledense. La búsqueda tampoco arrojó el miércoles resultados. "Si una aguja ha caído en un pajar, se vacía el pajar y se encuentra la aguja. El problema es cuando la aguja no está en el pajar, porque la extensión es tan grande que no se ve realmente a donde pudo haber llegado este hombre andando", explica José Carlos Monfor, el agente guía del can. "Las personas con alzhéimer se ponen a andar y no paran; pueden hacer, fácilmente, 20 o 30 kilómetros. Eso en esta provincia, en todas las direcciones. Es increíble la de kilómetros que te salen al día", dice.

La orografía del terreno también dificulta la búsqueda de Julio Félix. "La cantidad de cortados que hay en un bosque tan cerrado nos complica. Los montes no están cuidados para poder adentrarse en ellos", reconoce el agente. "Si nosotros pasamos a unos 100 o 300 metros de donde está él, lo encontramos. El problema es que no lleguemos hasta donde lo ha hecho él andando". Y es que estos perros están adiestrados para buscar el olor del cuerpo ya fallecido. "Los humanos, cuando estamos muertos, todos olemos igual. Vivos no; vivos, cada uno tiene su olor", precisa.

Este especialista descarta que el septuagenario pueda aparecer cerca de casa, como ha ocurrido en otras desapariciones similares. "No es el caso, porque se ha buscado en la zona cercana a donde fue visto por última vez", precisa. Aunque su idea era descansar en la búsqueda de este jueves y retomar el trabajo el viernes o el lunes, el guía comunicó por la tarde a la familia del desparecido que lo habían reclamado para otra intervención y que cesaba la búsqueda. Con todo, les aseguró que el equipo volvería a Silleda si surgiese alguna pista.

Comentarios