Cientos de vecinos de Caldas de Reis se movilizaron este jueves para conseguir un objetivo: mantener vivos la hostelería y el comercio, dos sectores con un determinante peso específico en al economía de este municipio. La respuesta a la convocatoria de la Asociación de Hostaleiros desbordó sus mejores expectativas.
A las 11.00 horas, la práctica totalidad de los establecimientos bajaron sus persianas y los clientes salieron a la calle para secundar la demanda. En torno a medio centenar de personas se concentraron en uno de los extremos de la Calle San Roque, el punto de partida de la marcha, que enfiló en dirección al puente del río Bermaña.
En este lugar, los organizadores se percataron de la respuesta a la convocatoria, cuando comprobaron que en la Calle Real los estaban esperando cientos de vecinos para incorporarse al recorrido en dirección a las Palmeiras, espacio al que accedieron a través de las escaleras para evitar que se produjese un cuello de botella, y así mantener la distancia de seguridad. Fueron alrededor de 400 los participantes.
Miguel Piñeiro, el presidente de la Asociación de Hostaleiros de Caldas de Reis, fue el encargado de leer el manifiesto, y solicitó la aplicación ERTEs para hacer frente a la caída de la demanda o la exoneración total de las cuotas a la Seguridad Social. Otra reclamación planteada es la suspensión del pago de la cuota de autónomos o que la Xunta disponga una ayuda directa para este colectivo.
"Estamos todos en el mismo barco y si se rompe un solo eslabón vamos a la deriva", advierte el presidente de Caldas Centro Comercial Aberto
Para garantizar la liquidez de las empresas, reclamó moratorias de carencias y la prolongación de plazos de los créditos ICO concedidos antes del verano, ya que se concibieron para un corto espacio de tiempo sin facturación, y la incertidumbre causada por la covid-19, no permite saber cuántos meses podrían alargarse las restricciones.
La exoneración de tasas municipales (IAE, por basura, terrazas y vehículos) es otra de las peticiones hechas públicas, además de solicitar el fraccionamiento del desembolso correspondiente al IVA y demandar ayudas directas.
"Los hosteleros velamos por el cumplimiento de las normas que nos imponen con carteles informativos para el uso de mascarillas, distancias de seguridad y cupos por mesa, y no somos responsables del incumplimiento por parte del cliente", subrayó.
"No somos policías, y vemos muy injustas las sanciones a los propietarios", agregó Piñeiro en la recta final de su intervención, que dio paso a un largo aplauso.
"Pensábamos que acudirían entre 50 y 80 personas", afirmó al finalizar el acto. Piñeiro reconoció que una de las claves del éxito fue la implicación de Caldas Centro Comercial Aberto, cuyo llamamiento para cerrar las puertas durante una hora obtuvo un respaldo unánime. "Chapeau por el", dijo refiriéndose a su presidente, José Manuel Louzao.
"Estamos todos en el mismo barco y si se rompe un solo eslabón vamos a la deriva", advirtió Louzao, además de lamentar que se esté "criminalizando" a la hostelería. Respecto a los representantes de las administraciones públicas, dijo que "no viven en el mundo real, por eso toman decisiones que no tienen pies sin cabeza".
PSOE y PP estuvieron representados por sus concelleiros. Los ediles del BNG no acudieron por motivos laborales.
En un comunicado, el alcalde, Juan Manuel Rey, felicitó a la Asociación de Hostalaría por la "excelente organización e a enorme afluencia á manifestación contra as restricións e pola supervivencia do sector", y expresó el apoyo del Goberno local a sus demandas, que considera "xustas nun escenario sanitario do que non teñen culpa, pero do que están sendo os grandes prexudicados".
