Ya son sesenta primeros de agosto en los que Catoira celebra la Romería Vikinga. Este domingo, aunque bajo unas condiciones peculiares y con un programa diferente al tradicional, se volvió a celebrar esta fiesta considerada de Interés Turístico Internacional.
A pesar de que el evento principal era un desembarco multitudinario en el que los vikingos asaltaban la zona de las Torres del Oeste, este año tuvo que hacerse una versión reducida de esta batalla por las restricciones sanitarias: las tres embarcaciones de las ya clásicas banderas rojiblancas llegaron a las ruinas plagadas de furiosos vikingos, pero no hubo asalto ni combate. Tampoco hubo miles de personas viéndolo, como era norma en las ediciones previas a la llegada de la pandemia.
En imágenes ► Los vikingos tomaron Catoira
Sin embargo, la fiesta siguió presente en Catoria: por la mañana, un séquito de vikingos hizo un pasacalles para calentar el ambiente para que después, cuando llegara la música, el público estuviera preparado.
Fue sobre las 11.30 cuando el músico Baiuca actuó en la Rúa de la Estación. Después de esta actuación los drakkars Torres del Oeste, Frederikssund y ArdglassCatoira (de hecho, este último es una embarcación nueva construida en 2019) comenzaron su aventura fluvial y ascendieron por el Ulla hasta la Illa de Castrivello.
Con la celebración de este domingo se puso fin a una serie de actividades que tuvieron lugar durante varios días consecutivos, que fueron desde obras de teatro con El Rei Snie a conciertos e incluso una retransmisión a través de YouTube. Además, como la seguridad es lo primero, para evitar aglomeraciones en las inmediaciones del río, el Concello de Catoira facilitó una pantalla en la Rúa da Estación para ver el evento.