Cuando alcanzó la encrucijada de su trayectoria como estudiante, Braulio Mondragón tomó el itinerario de la Filosofía para encauzar su futuro en la Universidade de Compostela. "Antes ou despois de calquera actividade do ser humano sempre hai una filosofía", comenta.
Pero las cosas no eran como imaginaba, y después de dos años abandonó la carrera y dejó la capital de Galicia. En la disyuntiva que se había planteado entonces, estudiar Biología era la otra opción, y fue la que, a la larga, acabó imponiéndose.
Nacido un 4 del mes de mayo de hace 62 años en Lantaño (Portas) y criado en una casa de campo, como lo eran casi todas de este municipio en aquella época, y con una economía precaria dependientes de los cultivos de la tierra (otro denominador común colectivo) empezó a fijarse en las características del entorno que lo rodeaba y a hacerse preguntas,
Cavando el maíz se planteaba para qué servirían aquellas hierbas malas que era necesario retirar de la finca, porque daba por sentado que alguna utilidad tendrían. "Foi o inicio, o despertar da vocación e o interés nesta temática", comenta. "Naceu un día indeterminado cavando", agrega. Podría tener diez años.
Braulio Mondragón subraya y agradece que sus padres hubiesen apostado por que sus hijos contasen con una sólida formación y no hubiesen escatimado medios para que estudiasen. A los cinco años estaba matriculado en el ciclo de Preescolar, cuando por entonces la legada a las aulas era habitual que se retrasase. "Era inédito en 1965", subraya.
Después llegó el Colexio Público Domingo Fontán, de Portas, y a continuación la siguiente etapa, en el Instituto Calvo Sotelo (actualmente Castro Alobre), de Vilagarcía. Después se abrió el breve ciclo universitario.