Geolocalización: ¿en qué punto se encuentra?

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Si nos remontamos dos generaciones atrás, a la de nuestros abuelos, podemos afirmar con casi total seguridad que en la mayoría de los casos se trataba de personas cuyas acciones alcanzaban una repercusión muy limitada.

Cualquier cosa que hiciesen, pensasen, escribiesen o dijesen no llegaría mucho más lejos de su entorno más próximo que, en el mejor de los casos, llegaría a un microcosmos de unos pocos cientos de personas.

Para bien o para mal, su privacidad no era una opción, en casi todos los casos era una imposición difícilmente violable. Parece que hoy quedan atrás aquellos tiempos en los que la privacidad y, con ella, el control de las personas, era casi inquebrantable.

Expuestos al mundo
Ha llovido mucho desde entonces y el mundo ya es otro. Lo queramos o no la tecnología tiene su lado bueno, pero también uno malo. Y viene de nuestra exposición a los ojos de cualquiera que tenga una conexión a internet.

En la actualidad podemos mostrarle al mundo nuestras fotos, nuestros textos, nuestras canciones, vídeos de lo que hacemos y, de un tiempo a esta parte, además, dónde lo hemos escrito, pensado o grabado.

Es la geolocalización, el nuevo fenómeno que se basa en etiquetar con longitud, latitud y altitud cada una de las cosas que colgamos en internet. Los tiempos marcan que emitir nuestra vida por internet en textos, fotos o vídeos ya no es suficiente, ahora la moda es decir además dónde ocurre cada una de esas cosas 'geoetiquetándolas'.

La ayuda de la tecnología
Los chips GPS son cada vez más pequeños, más ligeros y consumen menos energía. Por ello, paulatinamente, son más y más los dispositivos que los incorporan permitiendo la geolocalización de todo tipo de archivos. Este cambio hace que las cámaras de fotos, las de vídeo o los teléfonos ya no están aislados, sino que estén en el mundo.

La tecnología, además, ha hecho posible que los dispositivos que no disponen de GPS puedan geoposicionarse igualmente deduciendo su ubicación de los datos recibidos por las conexiones Wi-Fi  circundantes e, incluso, por los postes de telefonía móvil cercanos.

Las compañías creadoras de software no son ajenas a que el geoposicionamiento ya está entre nosotros y no ha hecho más que empezar a arraigarse en las costumbres de los usuarios. Por ello han comenzado a desarrollar aplicaciones que giran alrededor de esta capacidad de los dispositivos que ya empiezan a hacer las delicias de los usuarios.

Google, siempre más allá
Como siempre, Google ha ido un poco más allá que el resto y se ha hecho una pregunta: ¿Por qué no saber dónde estamos también en cada momento? La respuesta que han dado es 'Google Latitude', el útlimo grito de la compañía californiana.

Con esta aplicación quieren convertir a otro de sus productos estrella, 'Google Maps' en una nueva red social en toda regla basada en el geoposicionamiento de sus miembros y el de sus contactos.

La megacompañía de Palo Alto se pasea, una vez más, por el filo de la navaja bien afilada de la opinión pública. Y es que de nuevo vuelven a ser muchas las voces que se alzan en contra de la intromisión de los productos de Google en la privacidad de las personas.

La empresa, muy al contrario, justifica su nuevo ingenio aportando un enfoque del producto orientado a la tranquilidad de los usuarios, sus amigos y familias.

El don de la ubicuidad
En cualquier caso, el movimiento de Google no es más que un pequeño paso hacia un mundo en el que el geoposicionamiento será una constante de la que no seremos ni conscientes.

En un plazo muy corto de tiempo hemos visto cómo paulatinamente las conexiones de internet salen, ya no sólo de los ordenadores para instalarse en dispositivos como televisores y móviles, sino también de los hogares dirigiéndose a una ubicuidad inminente -ya sea vía Wimax, Wi-Fi, 3G, etc.-.

Poco a poco los servicios y los programas de uso habitual se están adaptando a las nuevas condiciones de los usuarios y ya emplean en su funcionamiento la posición del mismo. ¿Qué me dirían si al buscar en Google, por ejemplo, desde un móvil 'tienda de fotografía' la herramienta nos devolviese los resultados con respecto a nuestra posición y nos los mostrase en un mapa? No es ciencia ficción, está a la vuelta de la esquina.

El problema viene de la mano de los usuarios que no necesitan herramientas tan sofisticadas, aman su privacidad y no son del todo conscientes de lo que puede hacer su teléfono en un segundo plano mientras lo llevan en el bolsillo.

  • Infineon Xposys
    Este chip receptor de GPS, diseñado por Epson, puede presumir de sus prestaciones. Es un 25% más pequeño y ligero que cualquiera de sus competidores y, lo mejor, consume la mitad de energía que ellos.

    Parece que Epson ha conseguido crear el componente idóneo que, a partir de ahora, portarán todos los dispositivos móviles que pretendan ofrecer la opción de geoposicionamiento. Acaba de empezar a fabricarse y se espera que a partir del tercer trimestre del presente año esté montado en teléfonos, cámaras de fotos, de vídeo, etc.
  • Google Latitude
    El último de los bombazos de la factoría Google nace con la vocación de convertir a Google Maps en una red social. La herramienta geoposiciona en un mapa al usuario y a sus contactos, permitiendo ver adicionalmente una frase de estado.

    La polémica relativa a la privacidad con el nuevo servicio está servida. Consciente de ello, Google trata de atajar la cuestión con la opción de mostrar la posición del usuario con diferentes grados de precisión e, incluso, de ocultarla.
  • Flickr
    De un tiempo a esta parte la comunidad de fotógrafos de Yahoo ha puesto de relieve la utilidad del geoposicionamiento fotográfico logrando dar un buen valor añadido a su servicio con la opción de 'Lugares'.

    Esta nueva implementación permite visitar la geografía mundial a través de las fotografías más interesantes de sus usuarios. Además permite también localizar a fotógrafos muy activos en determinadas zonas.
  • Metadata
    Es la 'información acerca de la información'. Cuando grabamos un archivo no sólo se graban los datos relativos a la foto, texto, audio, etc., sino que también se guarda información de cuándo se ha creado, cuándo se ha modificado y, en algunos casos, quién lo ha hecho y en qué máquina.

    Eso es la metadata -o metadatos- y es la parte del archivo que se utiliza también para almacenar la información de longitud, latitud y altitud, es decir, los datos que permiten geoposicionarlo.

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