Más sombras y problemas para el 'portátil de 100 dólares'

El XO-1 de la fundación 'One Laptop per Child' (Fotos: Laptop.org)
photo_camera El XO-1 de la fundación 'One Laptop per Child' (Fotos: Laptop.org)

Aunque pocos dudan de las loables intenciones del proyecto “One Laptop Per Child” (“un portátil para cada niño), no dejan de crecerle obstáculos. El último problema del conocido como “Ordenador de 100 dólares” (que finalmente cuesta casi el doble) es el abandono de Intel por “diferencias en cuanto a la filosofía”

En el mes de julio, Intel y la fundación OLPC parecían haber enterrado el hacha de guerra. La compañía informática  se unía al proyecto después de meses de rivalidad en el que incluso había comercializado su propio portátil económico pensado para países emergentes, el Classmate PC.

Lo que entonces parecía un espaldarazo definitivo que  impulsaría al proyecto ideado por Nicholas Negroponte -ex presidente del MIT y gurú de la Sociedad del Conocimiento- resultó ser un matrimonio contra natura. La fundación ya contaba entre sus socios fundacionales con rivales clásicos de Intel -el principal, AMD- que poseían mayor ventaja. Por su parte, Intel no renunció a seguir desarrollando el Classmate tal como se le pedía desde la OLPC.

Estas “divergencias de filosofía”  acaban con la mayor compañía de procesadores fuera de este proyecto que pretende  que cada niño pueda acceder a un ordenador y reducir así la brecha digital entre primer y tecer mundo.

Es el segundo golpe en menos de una semana después de que una de las pioneras del proyecto, la jefa de diseño de tecnologías Mary Lou Jepsen, abandonase la iniciativa para crear su propia empresa.

OLPC, un proyecto loable pero con demasiadas sombras
Desde que fue anunciado a finales del 2005, el OLPC levantó gran expectación por su optimización de recursos, su diseño especialmente adaptado al público y el precio ajustado (de ahí el sobrenombre de ordenador de 100$) que se conseguiría a través de una distribución millonaria directamente a los gobiernos interesados.

Las críticas llegaron al anunciar que el precio sería finalmente de 199$ por unidad como mínimo y que sería compatible con la versión de Windows para mercados emergentes.

Este acuerdo con Microsoft parecía contradecir el planteamiento original del proyecto, muy unido a  la filosofía del software libre. De hecho, el sistema operativo “nativo es una distribución Linuxl especialmente optimizada para el proyecto denominada Sugar.

Además, distintas empresas aprovecharon el retraso de la puesta en marcha del proyecto para lanzar alternativas comerciales similares que igualan o incluso superan en relación calidad/precio al XO-1.

Otras voces críticas llaman la atención sobre la paradoja de pretender cerrar la brecha digital con productos finales en vez de paliar el déficit de estructuras (falta de energía, escuelas...) y de la dificultad de encontrar profesores que saquen todo el potencial de estos productos.

Sobre esto, Nicholas Negroponte defendía que “nadie cree que haya que eliminar la educación porque no haya agua potable. El proyecto OLPC es un esfuerzo que debe complementar la otras iniciativas”. Además, considera que el portátil es tan fácil de usar que “incluso niños que nunca manejaron aparatos electrónicos pueden aprender a usarlo en minutos”.

Después de muchos retrasos, el ordenador comenzó a comercializarse directamente a gobiernos que lo adaptan a su sistema educativo. Igualmente existe la posibilidad de comprarlo en Estados Unidos  con una modalidad 1x2, en la que el usuario paga el importe de dos ordenadores para quedarse con uno, mientras que el resto de dinero se dedica a financiar otra máquina para los países emergentes.

Rivalidad con Intel
Nicholas Negroponte siempre vio las intenciones de Intel como uno de los peores rivales de su proyecto, llegando incluso a decir que la compañía americana intentaba obstaculizarlo.

No es la única compañía que comercializa ordenadores de bajo coste para países emergentes, pero seguramente sí sea la que más atención mediática consiguió. Actualmente invierte más de 100 millones de dólares al año en la promoción educativa en el tercer mundo y en el desarrollo de productos específicos para este mercado a través del programa World Ahead.

Antes de unirse a la OLPC, Intel criticaba a la fundación por su enfoque y prefería impulsar el Classmate PC en cantidades menores pero con características más próximas a un equipo habitual.

Algunos países como Brasil, India o Nigeria fueron -y son- escenarios de la batalla entre estos dos productos educativos.



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