El agua 'mana' antes del viaducto de Pedre

En el lugar donde se están ejecutando obras para solventar los daños ocasionados por el accidente se han realizado, al menos, dos intervenciones  para aliviar la presión del líquido en la calzada
El estado general de las obras. DP
photo_camera El estado general de las obras. DP

El viaducto de Pedre, que hace casi once meses protagonizó el accidente de autobús con mayor número de víctimas mortales en las cuatro últimas décadas, sigue generando desconfianza y asombro a partes iguales, en especial a los conductores que conocen la zona y transitan con frecuencia por el mismo.

Después de las múltiples quejas sobre el estado de este tramo y de las escorrentías que se generan entre este vial y el cruce con la PO-230, los vecinos y usuarios han comprobado con cierta sorpresa que, tras la colocación de los primeros materiales para ejecutar la obra de consolidación de la nueva barandilla de seguridad del viaducto, el pasado mes de septiembre, en la zona de la obra se han realizado, al menos, dos intervenciones en el firme para aliviar la presión del agua en la calzada.

Una de ellas, la que más llama la atención de los usuarios, se sitúa en el semáforo que da paso al tráfico desde Cerdedo y consiste, literalmente, en la ejecución de cuatro agujeros sobre el firme, atravesando asfalto para que salga agua como si de un manantial se tratase. En las últimas jornadas de fuertes borrascas, se llegaron a apreciar los borbotones de agua sobre la capa de pluviales que cubría el firme por efecto de las lluvias.

Pero este efecto surtidor se reproduce en toda la zona, de modo que en las juntas de las isletas que hay en la intersección, a escasos metros del inicio del tramo en donde se produjo el fatal accidente, se ven brotar chorros de agua que se van deslizando sobre el firme. Tanto es así que también en estas isletas se ha practicado una hendidura para la facilitar que la corriente no llegue a unirse al resto del agua que cruza la calzada.

El sumidero en una esquina de una de las isletas de la PO-230). D. FREIRE
El sumidero en una esquina de una de las isletas de la PO-230). D. FREIRE

La situación ha despertado la curiosidad de los usuarios, aunque a los vecinos que recorren a diario el viaducto no les extrañan estos "parches", dado que la corriente que cruza la calzada en el punto no es exclusiva de las semanas de temporal ni una novedad relativamente reciente, sino que había sido objeto de quejas en años anteriores al siniestro.

Los agujeros de los que mana agua. D. FREIRE
Los agujeros de los que mana agua. D. FREIRE

Las actuaciones coinciden con el desarrollo de los trabajos contratados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para solventar los daños estructurales que generó el accidente y que se iniciaron en septiembre.

Las obras costarán 1,1 millones de euros y están encaminadas a la reposición del elemento de seguridad que resultó dañado en el lateral del puente con la caída del autobús. La actuación contempla la instalación de un nuevo pretil de hormigón (murete de seguridad) dado que el existente fue en parte derribado por el autobús en su salida de vía.

Para realizar la nueva instalación es necesario ampliar el tablero del viaducto. Las obras deberían estar completas antes del 22 de diciembre.

Los trabajos están destinados solo a subsanar los daños ocasionados por el autobús en la estructura y no a resolver el resto de reclamaciones de los gobiernos locales de los concellos del entorno sobre las condiciones generales de toda la N-541 para la que se pide una mejora integral de las condiciones de seguridad a través del llamado Pacto de Pedre.

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