Alertan de un aumento de las agresiones a los funcionarios penitenciarios de A Lama

Trabajadores del penal pontevedrés denuncian que los episodios de violencia han experimentado un repunte por falta de personal y la gestión deficiente de internos conflictivos
Fachada del centro penitenciario de A Lama. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Fachada del centro penitenciario de A Lama. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

La delegación de la asociación profesional de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) del centro penitenciario de A Lama, ubicado en Monte Racelo, alerta sobre el aumento de las agresiones a trabajadores de los centros penitenciarios.

Esto se debe, en parte, según explican en el comunicado emitido por la delegación sindical, liderada por Julio Díaz Mafé, a la reducción paulatina de las plantillas de vigilancia y servicios sanitarios. "Esto hace que los internos sientan que no están siendo vigilados o que solamente un funcionario se dedica a esa labor, por lo que sus malos pensamientos pasan a malas acciones", afirman.

Asimismo refieren que la falta de servicios médicos genera frustración entre los internos. Además, al no tener suficiente personal sanitario, a los internos se les administran su medicación en sobres para tres o cuatro días. Esto que genera que algunos reclusos, con medicación psicopática, consuman la medicación en una sola toma para obtener un efecto sedante placentero o que vendan las pastillas en los patios de la prisión.

"Un interno intoxicado es un foco de problemas. Puede generar peleas con otros internos, puede agredir a funcionarios o puede que tenga una sobredosis y termine falleciendo", dicen.

La organización sindical refiere como otra de las causas del aumento de las agresiones a trabajadores penitenciarios es la mala gestión de los internos conflictivos. Aseguran que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIP) presiona a las direcciones penitenciarias para que reduzca el número de internos clasificados como "1º grado". Los internos primer grado tienen una régimen de vida más restrictivo y unas medidas de seguridad más severas, deben ser revisados cada vez que entran o salen de sus celdas. "Para la SGIP no es una buena publicidad tener muchos internos clasificados en primer grado", aseveran.

Los funcionarios reclaman que tienen módulos llenos de reclusos clasificados en "2º grado", con un régimen de vida ordinario, que por sus características deberían formar parte de módulo de primer grado, con más restricciones.

Informan, además, que en el centro penitenciario de A Lama, hace pocos días un interno de primer grado quería medicación psicotrópica y cambiar de módulo y, al no ser atendidas sus pretensiones, se tragó unas pilas, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencias al hospital. "El premio fue que a su regreso fueron atendidas sus pretensiones, reforzando la conducta peligrosa de los internos", dicen.

Los sindicatos denuncian que las plantillas de funcionarios, además de escasas, están envejecidas y que enfrentan precarias situaciones laborales. Asimismo reclaman que los intentos de acercamiento a la dirección del centro penitenciario de A Lama han sido infructuosos. "Cuando se reúne (la dirección del C.P. A Lama) con los sindicatos es para exponer una situación y no se crean mesas de trabajo, simplemente informa y en circunstancias muy escasas atiende alguna corrección por parte de los sindicatos", refiere la asociación TAMPM, quienes se han organizado para difundir las agresiones, disponen de página web, cuenta de Twitter y publican regularmente comunicados de prensa.

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