Beber el agua de las islas Cíes

Tan gélida como cristalina, lo que invita más a echarle un trago que a bañarse ► Eso es lo que pensó Gerardo de la Huz
El ingeniero industrial Gerardo de la Huz, gerente de Agua de Rodas, en la ría de Vigo con las islas Cíes al fondo. SALVADOR SAS (EFE)
photo_camera El ingeniero industrial Gerardo de la Huz, gerente de Agua de Rodas, en la ría de Vigo con las islas Cíes al fondo. SALVADOR SAS (EFE)

Varios estudios científicos demuestran que el agua de mar, ingerida en pequeñas dosis, resulta notablemente beneficiosa para la salud, una realidad que activó un botón en la mente de ingeniero industrial de Gerardo de la Huz. "El agua de mar tiene por litro, aproximadamente, 36 gramos de sales, de los que 30 son sal común, y los otros seis son elementos adicionales que coinciden en un 78% con el plasma sanguíneo humano", explica. "Al fin y al cabo la vida nace del mar, y son oligoelementos necesarios pero difíciles de encontrar en el día a día de nuestra alimentación extensiva de una tierra sobreexplotada".

Ahora bien, igual que no todo el monte es orégano, tampoco es la homogeneidad una propiedad del agua de mar. Y las aguas que bañan las Cíes, y por extensión la ría de Vigo y buena parte de la costa atlántica gallega, tienen unas características específicas tan difíciles de encontrar en otros lugares del planeta que las hacen notablemente singulares.

"No lo digo por amor patrio, esto es así debido a un fenómeno que se llama afloramiento y que únicamente se da en cuatro lugares del mundo, por eso no sabe igual una langosta del Caribe que una de aquí", explica De la Huz.

¿Y qué es eso del aforamiento? Pues un fenómeno natural que consiste en que las aguas de las más hondas profundidades, cuya composición es mucho más rica en nutrientes, oligoelementos, minerales y sales, emergen periódicamente a la superficie gracias a una combinación de factores como los vientos dominantes, las corrientes marinas y, sobre todo, la orografía submarina.

Según explica De la Huz, la profundidad media de la plataforma continental, que es la superficie del fondo marino próximo a la costa, no suele superar los 200 metros, pero basta adentrarse quince kilómetros en el océano a espaldas de las Cíes para dar con un pronunciado escalón submarino que llega a los 1.000 metros de profundidad, que es donde está esa agua tan rica y tan fría que, cuando aflora, tanto complica bañarse en aguas de la ría.

"Y es ahí donde nace el germen de una idea", explica De la Huz. "Así que empiezo a enlazar los estudios que aseguran que el agua de mar es saludable y me digo: ¿por qué no unir las bondades del consumo en pequeñas cantidades de agua de mar con un agua de mar que tiene unas especiales buenas características como esta?".

El resultado es Agua de Rodas, una empresa que toma su nombre de la más famosa playa de las islas Cíes y que está formada por cinco socios decididos a aportar las aguas profundas de la ría de Vigo a una gama de productos en los que el agua y la sal sean elementos esenciales, comenzando por una rehidratante bebida deportiva que a falta de un empujón económico ya es cosa hecha.

INVESTIGACIÓN. Pero entre el germen de una idea y su materialización media un largo y complejo camino, en el que tuvo mucho que decir la Universidade de Vigo y su Centro de Investigación Marina, que avalan con su sello de calidad el producto de una empresa que es una spin off de la UVigo, que aporta tres investigadores suyos.

El primer paso, "tras ponerme en contacto con la facultad de Ciencias del Mar", explica De la Huz, "fue aprender a prever cuándo se produce el afloramiento para identificar el momento ideal para recoger el agua" del mar.

Superado ese escollo, estos emprendedores, que habían barajado la posibilidad de alquilar un barco, hacer bombeo más allá de las Cíes, cargar depósitos y traerlos a tierra, vieron que era mucho más fácil que eso: se podía aprovechar el colector de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla (Ecimat), un tubo que se adentra 400 metros en la ría de Vigo y que discurre a quince metros de profundidad. Firmaron un convenio y así recogen el agua del afloramiento y la almacenan para poder trabajar.

Así, tras identificar que en el mundo existen diferentes bebidas elaboradas con agua de mar, pero ninguna con agua de mar profunda, Agua de Rodas empieza a trabajar con el departamento de Nutrición de la UVigo, también con Anfaco-Cecopesca y hasta con la facultad de Ciencias de la Alimentación de Ourense para determinar la fórmula de una bebida deportiva distinta. "Es un largo proceso hasta identificar los componentes que va a llevar. Porque esto será muy sano pero tiene que saber bien. Así que se han hecho catas ciegas, con muchas composiciones distintas y ensayos, y ya tenemos la formulación definitiva para el mercado", asegura.

"Ya lo tenemos todo montado: la idea, los estudios, la fórmula y ahora tenemos que empezar a fabricar". Y ahí es donde aparece el gran obstáculo, el de siempre: la financiación. Pero De la Huz confía a ciegas en el éxito del producto, una bebida deportiva isotónica que "aporta elementos con unas características de concentración y calidad que no tienen las aguas de otras latitudes".

Cartón reciclable y un tapón de caña de azúcar
Además de sano, estos emprendedores buscan un producto sostenible, por lo que huyen del plástico y barajan utilizar cartón reciclable para un envase con un tapón fabricado a base de caña de azúcar. En un momento en que la comida saludable, así como los productos bio y eco tienen cada vez mayor empuje en el mercado, Agua de Rodas busca su sitio con una gama de productos cuyo componente estrella es también uno de los mayores tesoros del lugar donde le ha tocado nacer: la ría de Vigo. Pero sin olvidar nunca el medio ambiente.

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