La emoción pudo más que el frío este domingo en O Pé da Múa, el monte de la parroquia de Borela en el que el año pasado el fuego se llevó por delante la vida de Francisco Javier Viéitez Quintillán. Él era agente forestal y murió en acto de servicio durante los incendios que arrasaron esta zona del municipio de Cerdedo-Cotobade en el mes de octubre.
Un año después, su familia y sus compañeros, con el respaldo de la Comunidad de Montes y de la Asociación de Vecinos Pé da Múa y con el apoyo de Norfor (arrendataria de algunas partes de dicho monte), le rindieron un sentido homenaje. Lo hicieron inaugurando un monolito en el lugar en el que Francisco Javier Viéitez perdió la vida y también plantando un árbol, un símbolo de la lucha y la resistencia contra los incendios forestales que año tras año se llevan por delante centenares de hectáreas de monte gallego y que, en ocasiones, también se cobran vidas como la de este profesional.
Borela fue, en 2017, uno de esos lugares asolados por el fuego. Tal y como recordaba el vecino José Portela Leirós, el día 6 de abril se inició uno que se reprodujo varias veces y en octubre volvió a ser escenario de los mismos sucesos. Muchos de los agentes forestales que trabajaron para apagar las llamas estuvieron el domingo presentes en el homenaje a su compañero fallecido, un acto muy emotivo que sirvió para demostrar el respeto, la admiración y el agradecimiento hacia Francisco Javier Viéitez y que también permitió agradecer la labor que desempeñan los trabajadores que luchan contra los fuegos en los montes.
Entre los asistentes también estuvieron representantes de las instituciones públicas, como el alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela, y el portavoz del PP en la Deputación provincial, Ángel Moldes.
Además, los participantes quisieron que el homenaje sirviese para unir fuerzas y "formar una piña para que algún día juntos y a una sola voz tratemos de resolver todas las problemáticas de nuestros montes y los incendios. Ojalá que así sea", señaló el vecino José Portela Leirós.
