La búsqueda de Manuela Barbosa sigue activa después de 91 días desaparecida

La familia de la mujer de 66 años desaparecida en Arcade insiste en pedir colaboración "aos peregrinos, á xente que sae a andar e aos cazadores" que siguen transitando por la zona
Pegada de carteles de búsqueda en Pontevedra. GONZALO GARCÍA
photo_camera Pegada de carteles de búsqueda en Pontevedra. GONZALO GARCÍA

Justo en la jornada en la que se cumplen tres meses de la desaparición de Manuela Barbosa, su familia lanza un llamamiento a las autoridades y también a los particulares para que no se olvide este caso.

Su hija Raquel, que desde el fatídico 13 de julio en que faltó su madre se multiplica para mantener activo el proceso para localizarla, explicó esta semana que "á familia cónstanos que a búsqueda segue activa por parte da Garda Civil e a Policía. Esta mesma semana puiden falar con un dos responsables policiais da Unidade de Búsqueda de Persoas Desaparecidas e cónstame que se está a traballar e se segue cada pista ou dato que chega. Hai dilixencias en marcha e iso danos esperanza", indicó, resaltando la importancia de que "pese ao tempo que pasou", la ausencia de su madre no caiga en el olvido.

"Sendo realistas, sabemos que tres meses despois, con unhas patoloxías como padecía miña nai e coas necesidades de medicamento que tiña, sería difícil, salvo por un milagre, que ela estivera viva. Pero para nós aínda no peor dos casos segue a ser fundamental loitar para dar con ela, poder despedila e pechar capítulo", explica.

Manuela, natural de Soutomaior, residía en Redondela, pero se desplazaba con frecuencia a Arcade, a casa de su hija, bien en coche, con su marido, bien en taxi, cuando este no podía llevarla. El 13 de julio fue uno de esos días. El taxista la dejó en Arcade, como siempre, con la única excepción que, en vez de parar en el portal de la hija, lo hizo, a petición de Manuela, cerca del Restaurante Avenida, al parecer, porque ella quería ir dando un paseo. "Pero miña nai nunca chegou a timbrar na casa da miña irmá", dice Raquel. La mujer, con 66 años, padecía varias dolencias, pero, apunta su hija, "nunca se antes desorientada, nin se perdera. Non sabemos que puido pasar". La triangulación de su teléfono, que permanece apagado pero desaparecido, señala todavía esta zona de Arcade y gran parte de las expectativas se sitúan en ese entorno, de ahí que la familia pida a todos los que transitan por la zona que recuerden que esta desaparición aún sigue sin resolver.

"Pasan moitos peregrinos, moita xente sae a facer sendeirismo ou a cazar. Pedimos que lembren que se busca a miña nai, que se estean alerta, porque calquera achega pode ser fundamental".

Manuela, de 1,60 metros , llevaba un bolso de verano, un vestido sin mangas, amarillo oscuro con lunares y mascarilla negra el día de su desaparición. También se busca su teléfono: un dispositivo blanco, con tapa, de modelo antiguo, con el número pegado en el exterior con cinta adhesiva, por si puede aportar alguna nueva pista sobre este caso.

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