Capturan un bogavante de casi cinco kilos cerca de las aguas de la playa de Aguete

La embarcación Lince, de Raxó, se hizo con la pieza, que superó los cien euros en su venta en la Lonxa de Campelo el pasado jueves
El bogavante de 4,7 kilos. DP
photo_camera El bogavante de 4,7 kilos. DP

Cada vez que los fondos marinos "regalan" a sus trabajadores ejemplares de grandes dimensiones la noticia corre como la pólvora. Aunque normalmente las imágenes de grandes calamares o ejemplares de atún enormes proceden del otro lado del Atlántico, esta misma semana las aguas de la Ría de Pontevedra han dejado una pieza gastronómica de impacto: un bogavante de casi cinco kilos de peso.

La pieza en cuestión llegó el jueves por la tarde a la Lonxa de Campelo, en donde fue subastado alcanzando un precio de más de 30 euros el kilo. Un restaurante de la ría se hizo con el ejemplar, que, según los expertos, no es fácil de vender, pese a su espectacular aspecto y dimensión, dado que los clientes particulares no suelen demandar piezas tan grandes.

El bogavante de 4,7 kilos no fue capturado en algún lugar remoto y escondido de la ría, sino en un punto que se puede considerar bastante céntrico: en una zona de roca frente a la playa de Aguete.

Así lo explicó el patrón del barco que se hizo con la pieza: José Castro Carballa. Él y su hermano, Eliseo Castro, que es armador de la misma embarcación, componen la tripulación del Lince, con base en Raxó y que estaba tratando de capturar centolla con miños, un arte de enmalle similar al trasmallo, del que se diferencia por su mayor tamaño y que es lanzado y levantado de su calado cada 24 horas, para recoger las capturas y evitar que éstas se deterioren en la red.

Tanto José como su hermano reconocen que no contaban con levantar una pieza tan grande el jueves. "Ao subilo non notas diferenza con outras veces, porque podes traer alga ou outras cousas que tamén teñen boas dimensións, pero, claro, ao saír á superficie xa vimos que era un bicho enorme". Precisamente, esa fue la expresión que les salió a los dos hermanos:"¡Menudo bicho!", aunque poco tiempo tuvieron para recrearse con su aspecto, porque, en cuanto se sacan a superficie, estos ejemplares tienen que recibir atención inmediata. "Este non era especialmente bravo, era como os demais, pero ao collelo tes que suxeitalo ben para que non rompa ningunha pinza, porque a veces os clientes non os queren ao verlle as pinzas rotas, e tamén hai que atarlles as pinzas para que, unha vez que os pos nas caixas non che maten a todo o que teñen ao lado: sexan centollas, sexan outros lumbrigantes".

El precio que alcanzó la pieza en lonja superó los cien euros, aunque no va a sacar de pobres a los dos marineros, al menos les dio para un día de mucha atención, puesto que la imagen del hermoso bogavante llegó incluso al perfil oficial de Pescaderías de la Xunta de Galicia. Los Castro, por supuesto, realizaron también sus propias estampas y felicitaron al resto de su "equipo familiar" de trabajo, compuesto por el padre, José Castro Rodríguez, Penica y otro hermano, Javier Castro Carvalla. "O xusto é dicir que é unha captura de todos, porque traballamos en equipo, eles dous son os encargados de facer os aparellos, xa que meu pai está xubilado e adícase a facernos as artes", apunta José.

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