La toxina golpea al sector del marisqueo

El cierre cautelar de la zona IV devuelve toda la ría a rojo en su verano menos productivo

Tras cuatro días faenando, los 60 barcos del sector de a flote vuelven a parar, al darse un mal resultado en almeja extraída en Bueu ▶ Un tercio del marisco del martes ha sido devuelto por los compradores y se resembró este miércoles

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photo_camera Lonja de Campelo, con las almejas recibidas el pasado jueves. D. FREIRE

Toda la ría de Pontevedra vuelve a estar teñida de rojo en los mapas de estado del Intecmar (Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia), y el sector del marisqueo, uno de los motores económicos de la misma, empieza a mirar la situación con preocupación tras no poder faenar, en algunos casos, ni diez días en todo el verano.

La reapertura de la zona IV la semana pasada, que permitió que trabajasen unas 60 embarcaciones de marisqueo de a flote en los lombos de A Brenxa ha sido un espejismo que duró cuatro días. El Intecmar decretó el cierre cautelar de esta zona. En la jornada del lunes se había realizado un muestreo, pendientes de los resultados en los lombos de Bueu (Sionlla) en donde la almeja roja seguía dando índices dudosos de toxina.

El resultado de ese análisis es el que ha servido para decretar el cierre cautelar de toda la zona es decir, un cierre que podría levantarse en cuestión de días si se vuelve a dar un resultado negativo en las dos toxinas que afectan a la ría: la ASP y la PSP, o definitivo, si sucede lo contrario.

Aun en el caso de la reapertura, los mariscadores ya están contando pérdidas, puesto que los compradores han devuelto ya un tercio del producto adquirido en la lonja de Campelo el martes. Se trata de más de 290 kilos de bivalvo.

Se quedan, en muchos casos, mano sobre mano, dado que salvo la tarea de resembrar la almeja, realizada este miércoles, son barcos que no practican otras artes. Según los cálculos del patrón mayor de Raxó, Iago Tomé, en lo que va de verano, este sector, que en su mayoría no ha podido acceder a ayudas por cese de actividad, ha trabajado únicamente esos cuatro días desde el 27 de julio. La jornada del martes se habían facturado 19.029 euros en la lonja, con precios favorables, como los 71, 8 euros el kilo que alcanzó la almeja fina extra (a 39,3 se vendió la B) o los 23 euros el kilo de la babosa.

Lo injusto, según Tomé "é que lei é tan garantista que pode devolverse produto en bo estado ata 72 horas despois, e o comprador recupera os cartos, pero nós non  recuperamos o día traballado nin o combustible que gastamos".

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Almeja devuelta a la ría.

La situación no es más fácil en el sector de a pie. Solo en el fondo de la ría (Raxó, Pontevedra y Lourizán) hay 462 personas que trabajan en la extracción de almeja y berberecho. Ellos sí disponen de la posibilidad de un pago por cese de actividad. En este caso, tras un mes de junio muy próximo a la normalidad, la zona V no ha estado libre de toxina ni un día. El resultado: 57 jornadas en blanco. Casi dos meses seguidos sin poder ingresar ni un euro por su trabajo.

El último cierre data del 27 de julio, pero en ese mes se trabajó solo desde el 21 hasta el 26. Los y las mariscadoras han pedido la ayuda económica pero el cierre está siendo tan prolongado que, según la patrona maior de Lourizán, Carmen Vázquez Nores, "algunhas persoa xa están a piques de agotar a prestación". Otros, y no pocos, están en una situación peor: "trátase de xente que empezou a traballar este ano, e como tal, non ten cotizado o suficiente, de xeito que non ten o dereito a ese cobro. Só na nosa confraría de Lourizán temos a 15 persoas nesa situación. No total da ría seguro que son tamén bastantes", añade.

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