La Banda de Música de Vilaboa no renunciará a su tradicional concierto de Navidad en la Residencia Pontevedra, el centro para mayores ubicado en este municipio. Lo anunció esta semana el director de la formación, Daniel Figueira, tras consensuar con la dirección del geriátrico el modo de conseguir que la música llegue a los mayores, y, por otra parte, acordar con los padres de los niños que forman la banda, la manera en que participarán en el concierto.
La cita, el próximo día 26 de diciembre, será la más diferente de todas cuantas se han realizado en este centro, cumpliendo con una tradición creada casi desde el año de nacimiento de la formación musical: la de acudir a la residencia geriátrica a tratar de entretener y divertir a las personas usuarias en las vacaciones de la Navidad.
Este año, la pandemia lo ha cambiado todo hasta tal punto que la mera idea de un concierto parecería una locura. Envueltos en una serie de contagios en la que en la última semana se han registrado tres fallecimientos y en la que en total se suman cinco decesos en la segunda oleada, el hospital geriátrico, con personas 45 contagiadas, tiene entre sus más absolutas prioridades el control de la evolución sanitaria de sus casi 180 usuarios. ¿Cómo, entonces, será posible que la formación que acudirá con 55 niños y adolescentes ofrezca una sesión musical en un contexto tan delicado y exigente?
La solución la encontraron pensando en que la distancia social no impide ni ver ni oír. El único factor que han modificado es la dimensión de esa distancia. En vez de dos metros, lo que mediará entre ambas partes: músicos y público, serán unos 15 o 20 metros. Para ello, han elegido como escenario el aparcamiento de las instalaciones.
Una superficie que estará despejada para que los músicos se distribuyan de modo que también ente ellos y ellas se cumplan las normas de distancia y puedan desarrollar un repertorio de piezas que, por ser para un público tan especial, se ha cuidado a conciencia. No en vano, esta banda, como tantas otras, ha sufrido en sus carnes la crisis al no poder salir, ofrecer certámenes, pasacalles ni reunirse para ensayar.
La intención de la idea es la de alegrar a los cerca de 180 usuarios del centro, en el que siguen luchando contra los contagios del virus
¿Les oirán los residentes? Daniel Figueira confía en que sí, aunque la parte técnica todavía está por concretar. Lo que sí sabe es que el centro se encargará de que los asistentes al concierto lo sigan desde las ventanas o galerías de la fachada de la edificaión a este espectáculo navideño.
"Consultámolo coa directora e pensouse, sobre todo, no beneficio que pode achegar este concerto para animar aos residentes, moitos deles non poderán saír polo Nadal e a situación xeral, xa sabemos o delicada que é", explica el director, dispuesto a "alegrar o corazón dos maiores e a homenaxear a todos os traballadores e traballadoras do centro". Desvelar el repertorio podría estropear la sorpresa al futuro público pero habrá temas para todos los gustos y alguna elección sorprendente que llenará también de recuerdos.
