Denuncian los tiroteos con balines a varios gatos en Barro y Carballedo

► Una clínica veterinaria de Curro pone en aviso a los vecinos tras recibir tres casos en un mes
El gatito al que le encontraron 30 perdigones en la clínica de Barro. DP
photo_camera El gatito al que le encontraron 30 perdigones en la clínica de Barro. DP

La crueldad con los animales, el maltrato de mascotas domésticas y el mal uso por parte de las personas que tienen armas de aire comprimido o caza está alcanzando límites preocupantes, si se atiende al número de quejas presentadas en las últimas semanas en distintos foros con respecto a los disparos a gatos.

Una prueba de ello es el impactante aviso que hace unos días ha hecho pública la clínica veterinaria Taravela, de Barro, tras detectar, en el plazo de un mes, tres casos de gatos con impactos de balines o perdigones entre sus clientes felinos. La veterinaria de este centro Ana Cadavid, explicó el pasado viernes que se decidió a hacer pública la situación "porque no es infrecuente que, al hacer una radiografía a un gato o perro que vienen por otra cosa, se descubra un balín alojado, pero entre febrero e inicios de marzo de este año detectamos tres casos muy crueles".

Se trataría de un primer gatito que faltó de su casa en Agudelo y cuando volvió, cojo, se descubrió que tenía un proyectil en una pata (cuyos dueños avisaron el Concello para que alertase a los vecinos), y de otro gatito de la zona de Cerponzóns que necesitó varias intervenciones por presentar un balín en el cuello. El peor de los casos fue el del felino que apareció en mal estado y que, llegado a la clínica veterinaria, resultó tener hasta 30 perdigones, la mayor parte en la cabeza. Ese animal no superó la infección que le causó un único disparo de un proyectil de otro tipo. Los tres casos han sido denunciados, y en alguno, incluso se rescatará y entregará el proyectil a los dueños del felino. Esta situación, que ha generado gran polémica, se ha unido a la reciente queja de una vecina de Borela a la que le habrían matado dos gatos también mediante disparos. En este caso, la mujer denunciante afirmó en televisión que podría tratarse de un caso de rencillas vecinales, pero temió también por el peligro que podían correr sus nietos.

A su vez, en A Illa de Arousa, se produjeron casos similares que las vecinas denunciantes atribuyeron a una única persona.

"Los gatos en las zonas rurales suelen estar dentro y fuera o todo el tiempo en el exterior, por lo que es más frecuente que se den estos casos, pero en absoluto justificable", lamentó la veterinaria, que señala que "lo llamativo es que algunas de estas armas, de aire comprimido, por ejemplo no son para estos fines y necesitarían licencias. Habría que vigilar qué uso se les da", apunta.

El delito de maltrato animal castiga aquellas conductas que causan dolor, daño, sufrimiento a un animal doméstico o silvestre que, por cualquier motivo esté bajo la custodia de humanos. El tipo delictivo se agrava si para ello se usan armas de fuego, así como si se causa la muerte al animal.

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