Decenas de vecinos de Anceu y miembros de la comunidad emigrada en Brasil de la zona de Ponte Caldelas y A Lama se congregaron este martes en el tanatorio de A Lama y posteriomente en la iglesia parroquial de San Andrés de Anceu para dar su última despedida a Márcio Pérez, el hombre de 41 años de edad originario de esta parroquia que hace una semana falleció como consecuencia de un balazo disparado por agentes de la Policía Militar de Bahía, a un kilómetro de su casa.
El cuerpo de Márcio fue repatriado por su madre y sus parientes en un proceso que se prolongó por los condicionantes para encontrar un vuelo de regreso a España, de modo que el féretro llegó el lunes sobre la 1.00 de la madrugada al tanatorio de A Lama, después de haber aterrizado en el aeropuerto de Oporto horas antes. Ya en A Lama se produjeron las primeras manifestaciones de condolencia a los familiares de Márcio.
El funeral, celebrado a las 17.00 horas del martes, contó con gran asistencia de vecinos, aunque no faltaron representantes municipales de todos los grupos de la Corporación caldelana, incluido el alcalde, Andrés Díaz, vecino de esta parroquia y allegado de la familia. Tampoco faltó el regidor de A Lama, Jorge Canda, visiblemente emocionado, que se fundió en un abrazo con el padre del empresario fallecido, Armindo Pérez Boullosa, puesto que ambos fueron amigos de la infancia. A su vez, el alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela, acudió en representación del Partido Popular de Brasil.
El acto contó con gran asistencia de vecinos, pero, sobre todo, reflejó la profunda emoción de familiares y amigos, aún conmocionados por su muerte en circunstancias tan inesperadas como violentas.
"¿Un tiro en la nuca? Alguien apuntó en dirección a alguien y acabó matando", dice Davi Gallo, uno de los promotores de Justiça que instruye el caso
El acto fue oficiado por Luis Manuel González Piñeiro, que es cura-párroco originario de esta parroquia y guarda relación familiar con los Pérez Santana.
"FUE UNA EJECUCIÓN". La jornada en la que se dio sepultura a Márcio Pérez parecía destinada a estar únicamente protagonizada por las muestras de dolor, pero en el país carioca las novedades sobre la investigación del caso se sucedieron desde primera hora.
Lo más significativo fueron las declaraciones vertidas por Davi Gallo, uno de los dos dos promotores de Justiça (un cargo similar al de fiscal-instructor), designado para supervisar las dos investigaciones que existen sobre el suceso: la administrativa, de la Policía Militar, y la criminal, del Departamento de Homicidios.
Davi Gallo aseguró en declaraciones a varios medios (entre ellos G-1 de Globo, el periódico Correio o la estación de Rádio Metrópole), que su hipótesis es la de que se produjo un homicidio. "Un tiro en la nuca? Alguien apuntó en dirección a alguien y acabó matando. Ha sido una ejecución", reflexionó para el diario Correio, antes de añadir "a mi parecer se trata de un homicidio cualificado por la imposibilidad de defensa, en tanto que él (Márcio) escapa con el coche, creyendo que se trataba de un asalto, ya que el vehículo (policial) estaba con el giroflex (sirena) y las luces apagados. La investigación deberá confirmar todo esto".
Los letrados Davi Gallo y Luciano Assis comparecieron después de conocer los detalles de las declaraciones de los policías implicados en el suceso, que afirmaron en su informe que Marcio falleció como consecuencia de un accidente, en el transcurso de una persecución, en la que su coche fue confundido con otro que había sido denunciado por haber cometido un asalto.
Las incongruencias de esta versión han llevado a los instructores a solicitar una reconstrucción de los hechos en la que se determine con claridad la validez de lo aportado por cada una de las versiones.
Además de esta reconstrucción, para la que todavía no se ha fijado fecha, también se han solicitado otras diligencias como la identificación de los dos agentes envueltos en la actuación; la explicación sobre por qué eran dos (y no tres, como se supone que actúan los PM´s en Brasil) y por qué patrullaban en un distrito a diez kilómetros de su jurisdicción, así como la declaración de otros testigos.
