Los feriantes de Barro, parados "desde hace diez meses y con siete niños"

El colectivo, cuyo medio de vida es la explotación de las atracciones de feria, está asentado en las naves de Agudelo y pide ayuda a las administraciones para "hacer frente a los pagos y facturas"
Toñi, familiares y allegados, en el exterior de las naves de Agudelo. DAVID FREIRE
photo_camera María Antonia Díaz 'Toñi', familiares y allegados, ayer en el exterior de las naves de Agudelo. DAVID FREIRE

Desde que la crisis sanitaria paralizó toda actividad, muchas familias y negocios no han vuelto a ver la luz. En el caso de María Antonia Díaz Toñi, van 10 meses. 10 meses en los que permanece asentada, junto a alrededor de 50 personas que viven de las atracciones de feria, en las naves de Agudelo, en Barro. Para los feriantes, la cancelación de las fiestas ha significado arrebatarles su medio de vida, el único. "Lo estamos pasando mal no, lo siguiente", asegura Toñi, feriante y vecina de Barro, que explica que "llevamos 10 meses aquí parados, y al menos estaremos así todo lo que queda de invierno. Y aquí hay siete niños pequeños. Ya que se ha cortado nuestro medio de trabajo, pedimos que alguien nos eche una mano, no sabemos qué hacer porque nunca nos hemos visto en una así".

En las naves, permanecen esperando, al igual que las atracciones de feria que, hasta ahora, habían sido su sustento. "Nosotros vivimos de nuestro trabajo, nunca hemos pedido nada", asegura. Ahora, es Servizos Sociais del Concello de Barro y la solidaridad de los vecinos quienes procuran que no les falte de comer. "Le estoy muy agradecida a Mónica, pescadera de Barro, a Jose Regueira y a su familia y a todos los vecinos que nos dan alimentos", asegura Toñi. Pero un verano sin trabajar ha traído consigo muchas más complicaciones que conseguir comida. Y es que, cuando las atracciones paran, necesitan los pertinentes arreglos y mantenimientos, que se realizan en un taller del municipio. "Normalmente a lo largo del verano vamos pagando poco a poco la factura del mantenimiento anterior, con lo que vamos ganando". Al no haber fiestas, no hay trabajo y, por lo tanto, no hay dinero para hacer frente al pago. "Hemos contactado con el Concello, pero nos dicen que no hay presupuesto para esto. Tengo préstamos y dinero invertido en mantenimiento, y no sé cómo voy a pagarlo", explica.

Los vecinos procuran que no les falte nada de comer

Los feriantes también aquejan una situación precaria en cuanto a suministros ya que, en el caso del agua, tienen que abastecerse de un pozo cercano a las naves, con una calidad muy mala, por estar cerca de una fosa séptica. "El agua está contaminada y desprende mal olor", explica Toñi, que relata, desesperada, su vida diaria. "Se nos rompió la lavadora, y menos mal que nos la arreglaron, porque aquí cerca no hay ni lavaderos".

AYUDAS. El alcalde de Barro, Xosé Manuel Fernández Abraldes, explicó que, desde Servizos Sociais, "nunca se desatenderon a estas familias". Sin embargo, aclara, "o Concello non é unha institución que poida axudar no sentido que eles demandan. Nós, dende o Concello, estamos dando axudas todas as semanas, pero as axudas directas para unha actividade concreta son competencia da Xunta de Galicia ou do Goberno do Estado. O Concello non pode asumir os gastos do pago de facturas ou autónomos".

Por su parte, el Partido Popular de Barro, que estuvo este jueves visitando a estos vecinos, salió al paso para pedir "máis orzamento para que o Concello atenda a máis familias vulnerables" y que se les dote de "auga pública".

Por el momento, Toñi y sus allegados continúan a la espera de poder mejorar su situación. "Estamos en un extremo terrible, solo pedimos poder trabajar con nuestras manos", dice.

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