Una cosa es la necesidad de limpieza y reparación que puede sufrir un espacio concreto en cualquier villa cada cierto tiempo, y otra, significativamente distinta, es que en ese espacio, la propia suciedad y desorden empiecen a ser un pequeño reflejo de una sociedad machista en la que las agresiones a lo público quedan impunes.
Sucede en Ponte Caldelas, en la zona de Chan da Barcia y aledaños y el portavoz del PP, Antón Xil, se ha decidido a denunciarlo en público.
El popular destaca, en un texto en el que censura el estado de abandono que se ha encontrado en una reciente supervisión del área de esparcimiento de Chan da Barcia, que, además de material de obra abandonado, canastas rotas y otros desperfectos, se ha encontrado varias pintadas y grafittis sin sentido artístico que afean el entorno y demuestran el machismo de quien las promueve. "Hai pintadas, sucidade e tamén micromachismo", explica el popular describiendo tres o cuatro espacios como el paso por debajo del puente de piedra, en los que "proliferan pintadas fálicas de enormes proporcións que se mesturan con outras de todo tipo e que converten este lugar de lecer nunha zona visualmente degradada e con mensaxes pouco acordes cos estándares dunha vila civilizada".
FAMILIAR. El PP pide a Díaz que realice una limpieza y acondicionamiento general, pero, que si no hay medios para avanzar, al menos borre estas "pintadas machistas que afean e ofrecen unha imaxe penosa da vila" en espacios que son muy concurridos y por los que, en teoría, circula "un público familiar".
La lista de mejoras no se queda en las pintadas, incide el PP: hay canastas totalmente rotas en las canchas de juego, una pila de material (césped artificial retirado del campo de Chan da Barcia) acumulado en el espacio de paseo, una zona en la que se acumulan restos de obra y dos canchas de tenis y pádel sin la red colocada adecuadamente.
