#NARCOFILES, EL NUEVO ORDEN CRIMINAL

El laboratorio de Cotobade era la punta del iceberg de un país que ya produce cocaína

Los #NarcoFiles desvelan que en España se desmantela un centro de procesado de polvo blanco al mes. La Península se ha convertido al mismo tiempo en la huerta de la marihuana para Europa y sigue siendo una gran puerta de entrada de toda clase de sustancias ilícitas
Pasta base y cocaína incautadas en marzo en Pontevedra. NARCODIARIO
photo_camera Pasta base y cocaína incautadas en marzo en Pontevedra. NARCODIARIO

España sólo era un lugar de tránsito para el tabaco de contrabando procedente de los desechos de las grandes firmas del sector, con entradas por Galicia, al noroeste, y Algeciras, al sur. Después comenzó a operar de cabeza de puente hacia Europa para el hachís marroquí, que llegaba en grandes barcos al mismo noroeste -con alijos de más de 30.000 kilos en la década de los 90- y en embarcaciones de pequeño tamaño al sur -las precursoras de las actuales narcolanchas-. Casi sin darse cuenta, el país se convirtió en la gran puerta de entrada para la cocaína al continente, que llegaba de la mano de los cárteles de Cali y de Medellín en los 80 y sigue alcanzando las costas de la Península Ibérica a través de las Rías Baixas.

Sin embargo, el escenario actual ha cambiado, tal y como revelan los mayores expertos y ha quedado acreditado por los NarcoFiles, el nuevo orden criminal, una investigación periodística internacional coordinada por el consorcio Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) con el apoyo del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), que se inició con una filtración de correos electrónicos de la Fiscalía General de La Nación de Colombia que fue compartida en España con Narcodiario e infoLibre, junto a decenas de medios de comunicación en todo el mundo.

Con los escenarios anteriores plenamente vigentes, las grandes mafias autóctonas y extranjeras han visto en el país un lugar perfecto para crear un negocio alrededor de la droga que vaya desde el mismo inicio. Y lo menos relevante son las fábricas clandestinas de tabaco. Las redes criminales comenzaron a establecer centros de cultivo de cannabis hasta alcanzar cotas similares a las de Marruecos, llenando de cosechas ilícitas todas las comunidades autónomas, pero especialmente en Andalucía y Cataluña. España ya es la huerta de Europa de la marihuana.

Mapa de los laboratorios intervenidos en España entre 2012 y 2022, detalle de uno de los laboratorios y pasta base dentro de madera.
Mapa de los laboratorios intervenidos en España entre 2012 y 2022, detalle de uno de los laboratorios y pasta base dentro de madera. OCCRP

«"Somos el número uno, el mayor productor europeo de marihuana", resalta el comandante Torres, de la UCO. "Los albaneses lo están aprovechando para establecerse en España. La marihuana no está tan mal vista, pero va camino de ser más peligrosa que la cocaína por la violencia que acarrea", añade el investigador. "Me intervienen 1.000 plantas en mi casa y es muy probable que no vaya a prisión. Es un negocio que cuesta muy poco: puedes comprar el material en cualquier growshop con una inversión de 20.000 euros, y la vas a amortizar probablemente en la primera cosecha, que tienes en cuatro o cinco meses, con una rotación que te da unos beneficios económicos brutales", concluye el guardia civil, quien alude también al bajo reproche penal por este delito como un factor diferencial.

Para la fiscal jefa antidroga, Rosa Ana Morán Martínez, el problema es, además, que las organizaciones dedicadas al cannabis son cada vez más violentas.

Al mismo tiempo, y sin hacer ruido, se instalaron los primeros laboratorios de cocaína. Al principio, sólo con dos o tres cocineros, y ahora con auténticos especialistas que viajan directamente desde Colombia para trabajar en los centros de producción y obtener una mercancía cuya calidad es superior a la que se obtiene en América Latina, rozando -y en ocasiones superando- el 90% de pureza.

"Me pidieron el pasaporte y se encargaron de todo. Yo sólo me trasladé a Cali, donde en una agencia de viajes me entregaron los billetes de avión de Bogotá a París y de allí a Portugal. Viajas como turista y no tienes que hacer nada", explica cómo llegó a España un experto cocinero de cocaína, en plena actividad aún hoy. De 47 años y originario de Putumayo, una de las regiones de Colombia con más laboratorios en plena selva, señala que allí "es el día a día de cada familia, se aprende a trabajar con la coca antes que a leer y a escribir". Por un sueldo de unos 400 euros por cada kilo de cocaína generado, el especialista, carente de antecedentes penales, está plenamente operativo en 2023 en el extrarradio de Madrid, la zona en la que se han destapado la mayor parte de los centros de procesamiento del polvo blanco sudamericano en la Península Ibérica.

El desmantelamiento de un laboratorio en Cerdedo-Cotobade a finales de marzo, con capacidad para producir 200 kilos al día y con 7.500 kilos de pasta base listos para ser transformados -de ellos se intervinieron unos 1.300- supuso un golpe de efecto, pero no el único ni el último: 128 estructuras de transformación de droga colombiana, de mayor o menor tamaño, han sido descubiertas en el país en la última década. Según las cifras facilitadas por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), dependiente del Ministerio del Interior, entre enero de 2012 y septiembre de 2022 fueron detenidas 625 personas en unas operaciones que permitieron a las fuerzas del orden incautarse de 3,53 toneladas de cocaína. A estos datos habría que añadir los hallazgos de 2023, incluida la citada megaestructura de Pontevedra, además de otras de menor entidad como las desmanteladas recientemente en Barcelona o un caso curioso: un pequeño punto de procesamiento en una habitación de hotel de Vigo.

La mayoría de los arrestados eran -además de españoles- colombianos, que son quienes proporcionan la droga y dominan la química y la técnica para elaborarla, y adulterarla, antes de su venta en el país de destino. Lo que no es óbice para que -como corresponde a un negocio tan globalizado como los legales-, entre los cocineros, químicos y notarios de los laboratorios se hayan encontrado serbios y albaneses -los balcánicos cotizan al alza en el narcotráfico europeo- e incluso húngaros, aparte de ciudadanos procedentes de toda Latinoamérica.

"Me ofrecieron un trabajo rápido, de dos semanas, que consistía en sacar la base de pellets de plástico y transformarla en clorhidrato de cocaína", explica el cocinero, que cuenta con todo un equipo a su servicio para sacar adelante los paquetes de droga. Una persona organiza el trabajo y todos los empleados entran en el laboratorio "sin comunicación. Al terminar vienen a buscarte y te sacan. No ves nada", describe. Son, pues, estructuras perfectamente organizadas desde el origen que cuidan cada detalle para evitar ser descubiertas y que procesan droga las 24 horas al día para obtener el mayor beneficio con el menor riesgo posible. Y en un tiempo récord.

"En el laboratorio objeto de investigación había personal de México y de Colombia, que fue reclutado de otras instalaciones en la selva. El reclutamiento se pudo hacer en el país de origen entre los propios trabajadores de la organización", explica el responsable policial, quien subraya que en Pontevedra fueron detenidos siete colombianos y un mexicano, el jefe, el único que tenía contacto con el exterior.

"El fenómeno se va a extender de forma exponencial debido a lo rentable del negocio y a la situación actual de la producción de la cocaína en Sudamérica", asegura Rodríguez.

"Pensamos que existen instalaciones productivas en países del entorno de la UE. Es comprensible que cuanto menores son los controles, más facilidades existen para que las organizaciones exporten pasta base, adquieran insumos e instalen laboratorios", concluye Emilio Rodríguez, responsable del operativo en Pontevedra. La rentabilidad es mayor que en los alijos "clásicos", pues no hay que pagar sobornos ni contratar embarcaciones, ni siquiera buscar una "guardería" para almacenar una sustancia que, según sale de los hornos microondas, ya se distribuye a los compradores al por mayor. España ya no solo recibe, sino que también trasforma y produce cocaína para toda Europa.

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