Los lobos vuelven a causar estragos en la ganadería de Viascón

Se cree que una manada atacó a una perra mastín y se llevó cinco cabritillos

Louzán muestra las cabras que componen el rebaño y cabritos como los cinco que faltaron el martes. JAVIER CERVERA-MERCADILLO - Ataque del lobo en Viascón
photo_camera Louzán muestra las cabras que componen el rebaño y cabritos como los cinco que faltaron el martes. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Hace algo más de dos años y un mes que Roberto Louzán, el ganadero de Viascón que regenta una explotación de vacuno y otra de caprino en extensivo bajo el sello de la ganadería ecológica, no tenía noticias del lobo. O, al menos, si tenía noticias de él, no padecía pérdidas por las incursiones de estos depredadores en las parcelas en donde pasta su ganado, unos pastizales situados en la zona de Cabanelas, próxima al monte.

Pero esa buena racha se rompió el martes por la tarde, se cree que entre las 17.00 y las 19.00 horas, con la visita de una manada que causó estragos en el rebaño de cabras. Roberto denunció este miércoles ante los agentes de Medio Ambiente que del total de reses faltan cinco, todos cabritillos que tendrían cinco o seis meses de edad. Y todos han desaparecido sin dejar rastro, algo que hace presuponer que los cánidos se llevaron a los animales consigo, en vez de devorarlos en las inmediaciones del lugar en donde los cazaron.

¿Y cómo sabe que fueron lobos? La principal pista se la dio Canela, su perra mastín, una de los seis animales de esta raza que cuidan al ganado en Cabanelas, repartidos de dos en dos con los distintos rebaños. La perra apareció el martes tendida en el centro de la finca con heridas en las patas delanteras y en la zona de la cabeza. "Penso que foron varios, polo menos dous, porque un só e atacando por diante non conseguiría nada, xa que estes cans saben defenderse moi ben", afirma el propietario, que descarta que perros asalvajados se atrevan con animales de esta raza y tamaño.

La mastín Canela, cuando la encontró su dueño. CEDIDA - Ataque del lobo en Viascón

Por suerte, la llegada del dueño de la explotación se produjo a tiempo de atenderla, y la mastina se encuentra ingresada en el veterinario (en la clínica de Mourente), recuperándose después de una intervención que le realizaron ayer.

Los agentes de Medio Ambiente que visitaron la explotación también encontraron señales que permiten sospechar de los lobos, y, al parecer, no se trata de un ejemplar, sino de una manada con miembros de distintas edades y tamaños. Hay huellas en una zona próxima a la explotación.

Roberto Louzán tendrá que iniciar de nuevo la petición de ayudas para sufragar las pérdidas que le produjeron estos ataques, así como los gastos veterinarios, que ascenderán a unos 800 euros, como sucedió en años anteriores, en especial en 2017, cuando, tras perder más del 50% de la cabaña, incluso se autorizaron dos batidas y una espera, de modo extraordinario, para atajar la situación antes de que la ganadería tuviese que echar el cierre.

Aquellas dos batidas y las medidas anteriores llegaron después de una racha que había dejado a la ganadería bajo mínimos. Roberto contaba con 170 ejemplares de cabras en 2015, cuando puso en marcha la iniciativa. En 2016 perdió 66, todos por efecto del lobo, y en las primeras semanas de 2017 acumuló 19 pérdidas antes de que se autorizasen las citadas medidas, que ocasionaron gran polémica, incluso una denuncia de Adega ante la Fiscalía de Medio Ambiente y que, por cierto, no sirvieron para capturar a ningún lobo. La decisión posterior fue la de conceder ayudas al ganadero para que contase con más mastines para proteger el espacio. Hasta el momento ese refuerzo fue el más efectivo de los realizados en la explotación, y tanto la cabaña de vacas como la de cabras y ovejas volvieron a vivir tiempos de paz. En la actualidad, Roberto dispone de 30 cabras, 38 cabritos y 25 ovejas: los cinco que perdió eran algunos de los que había elegido para seguir criando este año.

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