La lonja de Campelo vuelve a despachar almeja tras regresar el marisqueo a la ría

El marisqueo a pie se reanudó tras el cierre de los bancos de bivalvos por la toxina
Mariscadores trabajando en los bancos de bivalvos de Lourido. GONZALO GARCÍA
photo_camera Mariscadores trabajando en los bancos de bivalvos de Lourido. GONZALO GARCÍA

El precio de la almeja se mantiene en unos parámetros «razonables», según el patrón mayor de la cofradía de San Telmo, César Rodríguez, después del cierre del marisqueo por presencia de toxina en la ría. "Están algo mejor que cuando cerramos, cuando la japónica pequeña se estaba vendiendo por debajo de los seis euros el kilo", cuenta Rodríguez tras la subasta de ayer, cuando se reanudó el marisqueo a pie tras 19 días parados por el cierre indicado por el Intecmar (Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia).

Este miércoles se pusieron a la venta unos 4.000 kilos de almeja japónica y 300 de babosa, esta última capturada por los mariscadores a flote. Así, la babosa se subastó por 19 euros el kilo y la japónica osciló entres los 10,7 euros, la más grande, y los 6,8 euros la pequeña. En este sentido, los mariscadores se mantienen a la espera de conocer cómo evolucionan los precios de cara a las fiestas de Navidad.

Las fluctuaciones en los que se refieren a lo que se paga por cada kilo de bivalvo dependen de varios factores. De este modo, el impacto de la pandemia, con el parón en la hostelería y la bajada del turismo hace que baje la demanda de marisco y, al mismo tiempo, desciendan los precios. "También es cierto que estas semanas, mientras nosotros estábamos cerrados, en Noia la almeja se estaba vendiendo más cara porque en Pontevedra no se estaba capturando, por eso si hay algún cierre en alguna otra zona, al bajar las capturas, suben las pujas", explica Rodríguez.

La evolución de la pandemia y las restricciones que puedan afectar a las fiestas de Navidad serán otro factor determinante para fijar precios en la temporada alta del marisco. Este miércoles estaban llamadas a incorporarse al trabajo unas 400 mariscadoras y mariscadores a pie en el fondo de la ría, con un cupo máximo de capturas de diez kilos por persona.

Comentarios