En casi una década dirigiendo el Concello de Marín, la alcaldesa María Ramallo nunca había tenido que hacer frente a un año tan atípico como el 2020. A pesar de eso, el Gobierno local se ha esforzado por seguir adelante con los objetivos marcados para este año y se ha centrado en paliar los efectos de la pandemia.
¿Qué valoración hace del año más atípico de la historia?
Ha sido un año tan impensable que si nos hubiesen dicho a finales del año pasado que a los pocos meses íbamos a estar inmersos en algo que nos ha cambiado nuestra forma de vida no nos lo hubiésemos creído. Tampoco si el propio 14 de marzo, que fue el primer día que nos confinamos en nuestras casas, nos hubiesen dicho que esta situación se iba a prolongar tanto. Creo que, nos guste o no, todavía nos quedan unos meses muy complicados por delante.
Debido a esta situación, ¿se han quedado proyectos del Concello de Marín por el camino?
Decir otra cosa sería no ajustarse a la realidad. Es verdad que se han ralentizado muchos de los aspectos y de los objetivos que teníamos planificados, pero por otro lado hemos hecho un doble esfuerzo en seguir manteniéndolos. Seguimos con el mismo esquema de trabajo y las mismas líneas estratégicas para poner en marcha. Teníamos en marcha un gran proyecto europeo, como son los FEDER, que es una oportunidad que Marín no podía dejar pasar.
Uno de esos grandes proyectos ha sido el del colector de la Avenida de Ourense...
Con esa obra hemos sufrido mucho porque llevamos más de dos años de obras continuadas y es verdad que las obras de saneamiento no son muy atractivas desde el punto de vista visual. Son necesarias, no solo por el tema de saneamiento de la ría porque estábamos teniendo vertidos al mar, sino también por la mejora de la depuradora de Placeres, que fue muy importante para el saneamiento de Marín. Las obras de saneamiento son muy costosas y desde el punto de vista medio ambiental son fundamentales. A nivel visual, ya se está llevan a cabo la humanización de la Avenida de Ourense, ejecutada al 40%, y a lo largo del próximo año será su finalización.
Otro de esos grandes proyectos es el Auditorio. ¿Cree que es su gran proyecto municipal?
Llevo muchos años en política municipal y ha sido siempre una asignatura pendiente como en su día fue el Centro de Salud. Son de esas cosas que tenemos en el tintero y hemos tenido la oportunidad de encajarlas. Es un proyecto que palia una demanda histórica y muy potente.
¿Cómo ha respondido Marín a nivel social con respecto a la pandemia?
En un primer momento estuvimos muy mentalizados y pasamos un buen verano, pero llegó la segunda ola para ponernos en tensión durante varios meses. Lo que la gente no entiende ahora es que la gran parte de los contagios se producen en domicilios particulares. En Navidad hay que tener cuidado y juntarnos con el menor número de personas posible. Vivir hay que vivir, pero hay que tomarse en serio las limitaciones.
¿Cuál ha sido el impacto social y económico de la pandemia en Marín?
Hay un repunte evidente de necesidad económica y de gente que no la ve resuelta a corto plazo. Ahí hemos tenido que incrementar esfuerzo en tratar de llegar a paliar esa situación. En el aspecto sanitario tenemos un poco de esperanza con la vacuna, pero en el tema social y económico van a ser aún más lentas las recuperaciones. Todas las administraciones tenemos que volcarnos en el 2021 en llegar a esa necesidad.
Llevo muchos años en política municipal y este proyecto ha sido siempre una asignatura pendiente
En cuanto pudo, el Concello ayudó. Fueron de los primeros en dejar exentos a los hosteleros de las tasas de terrazas, por ejemplo.
Teníamos claro desde el principio que si no se le facilitaba terraza a un local de hostelería iba a pasar mucho tiempo antes de que la gente ya no fuese reacia a entrar en un interior. Fuimos capaces de facilitar en la medida de lo posible que cualquier local que lo quisiese pudiese tener una terraza y que eso no le comportase un gasto. Los ayuntamientos hacemos lo que podemos, pero creo que otras administraciones deberían solventar una situación que de cara al 2021 va a ser de vital importancia.
¿Ha sabido el Concello llegar a las demandas de todos los vecinos en el 2020?
Nunca llegas a abarcar todo. Es inabarcable lo que puedes hacer por tus vecinos, pero creo que con carácter general tratamos de llegar a los casos más extremos y tratamos de estar ahí como administración más cercana. Siempre queda por hacer y camino por mejorar. Los ayuntamientos no tenemos recursos económicos que permitan hacer más de lo que estás haciendo, pero si tratamos de mejorar aspectos.
¿Cómo ve el 2021?
El 2021 va a ser un año duro. Durante el primer semestre tendremos unos coletazos importantes desde el punto de vista sanitario. Por otro lado está el tema económico y social. Durante todo el año 2021 las administraciones debemos velar por paliar en medida de nuestras posibilidades estos efectos.
Las administraciones vamos a tener que volcarnos en el 2021 para llegar a las necesidades de los vecinos
"En este momento el Estado tiene que ser sensible con todos los sectores económicos"
¿Cómo ha sido su experiencia como diputada en Madrid en este año tan atípico en todos los sentidos?
No tuvo nada que ver. Nunca nos habíamos visto en esto. Yo prácticamente no me moví de Marín. Las tecnologías te permiten estar conectado desde cualquier sitio, pero es verdad que desde marzo lo que es la temática y todo lo que se ha hecho en el parlamento ha girado en torno a esta crisis. No ha habido un desarrollo de un año normal, aunque es evidente que nosotros hemos hecho nuestro trabajo parlamentario. No ha sido un año habitual y tampoco creo que lo sea el 2021.
Como diputada, ¿qué valoración hace de los Presupuestos Generales del Estado para la provincia de Pontevedra?
Mi valoración es mala. No añaden nada nuevo a la provincia de Pontevedra en unos presupuestos que los titulan como los mejores y más expansivos. Si hay unos presupuestos muy expansivos y tu provincia no sale beneficiada es que ese ritmo no está acompasado. Creo que son unos presupuestos hechos con muchos pactos de muchos otros partidos en donde cada uno ha ido a ver lo suyo. Galicia tiene menos presupuesto que en el 2018. Estoy decepcionada. Estamos en un momento en el que el Estado tiene que ser sensible con todos los sectores económicos.
