La toxina golpea al sector del marisqueo

"O mexillón empeza a caer das cordas e a semente engorda demais"

El 22 de junio se decretó el último cierre que afecta a Bueu y Raxó, que acumulan 92 días sin extraer bivalvo ▶ Las conserveras, asfixiadas por la escasez de producto disponible

Un hombre realiza trabajos en sus bateas. D. P.
photo_camera Un hombre realiza trabajos en sus bateas. D. P.

El sector bateeiro de la ría de Pontevedra tampoco está sorteando con demasiada suerte los episodios de toxina. En este caso, las paradas se iniciaron ya en marzo y, aunque se han reabierto los parques de bateas de Bueu y Raxó en varias ocasiones puntuales, desde el pasado 22 de junio, no ha habido ni una sola ocasión que permitiese pensar en la reapertura. Esto significa que este jueves se cumplen 92 días, tres meses, desde que todas las bateas de la ría de Pontevedra (unas 300) están cerradas.

¿Qué problemas supone esto al sector? Tal y como explica el bateeiro Andrés Ruano, la duración del episodio y la imposibilidad de mover el mejillón, está empezando a pasar factura.

"Non se trata simplemente de esperar a que se poida extraer porque xa non hai toxina e punto. O mexillón ten unha vida, vai engordando, abre e empeza a caer das cordas ao vir o mal tempo. Por outra banda, a semente que nós podemos conseguir en temporada que é a que poñemos nas cordas cando imos extraendo tamén está a engordar demais como para que cumpra o seu cometido".

Es decir que, al haber alcanzando su talla óptima y una edad, el riesgo que tiene el sector es que el mejillón se suelte de la cuerda ante las corrientes o el mal tiempo. Sería producto perdido e irrecuperable. En cuanto a la semilla, al no poder extraer el bivalvo que ha crecido en los últimos meses y que está inmovilizado, no existen cuerdas disponibles en las bateas para ponerla a crecer. Una vez que esta alcance un tamaño, será inefectivo intentarlo.

En el caso de Ruano "por pura filosofía de empresa, non temos mandado a ninguén dos nosos traballadores ao paro, nin outras medidas, pero o mundo dos bateeiros e bateeiras e tamén moi diverso, hai moitos casos diferentes así que só podo falar por min".

La solución que adoptan algunos de los mejilloneros es el reparqueo. Consiste en sacar el mejillón ya cumplido de sus cuerdas y realojarlo en las denominadas bateas de reparqueo, en donde se mantiene vivo y en idénticas condiciones, a la espera de que remita el episodio de toxina.

Esto permitirá que algunos liberen cuerdas para sembrar nuevo mejillón y no se pierda, de todo, el ritmo de producción.

"En xeral, ao haber algún polígono de produción aberto na ría de Arousa, non se pode falar de que todo o sector estea parado, pero está sendo un golpe duro. As conserveiras, por exemplo, están desesperadas por conseguir mexillón e están paradas moitas delas, sen actividade ata que a situación mellore".

En el caso del sector mejillonero es preciso encadenar cuatro meses sin extraer para poder optar a las ayudas por cese de actividad. "É algo que non acontece con frecuencia, dado que pode haber pequenas aperturas nas que se realizan as extraccións o contador nunca alcanza os catro meses", indica Andrés Ruano.

El bateeiro confía en que la situación cambie y no se encadenen muchas más semanas de espera "porque se chegamos así a finais de ano si que se poderá considerar que temos motivos para estar máis preocupados", apunta.

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