El monasterio de San Xoán, visita segura en los tiempos posteriores a la pandemia

Unas 60 personas al día acuden al complejo religioso desde el desconfinamiento, la cifra sigue por debajo de la media de otros veranos 
Monasterio de San Xoán de Poio. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Monasterio de San Xoán de Poio. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Se acabó el confinamiento, pero no sus efectos para todos. Mientras en Combarro los comerciantes y las autoridades luchan para conseguir la máxima seguridad de sus decenas de visitantes con serias advertencias sobre las mascarillas y la distancia de seguridad, en otro punto destacado de la oferta de ocio, cultural y religiosa de Poio, sucede todo lo contrario: las visitas no se acercan a la media de etapas anteriores a la crisis sanitaria en el Mosteiro mercedario de San Xoán, con sus inmensas salas sigue siendo un lugar en el que es sencillo realizar una visita cultural completa sin encontrarse con apenas personas.

Así lo explica el prior del convento, el padre Arsenio Rodríguez, que indica que "se están echando a andar las cosas después del confinamiento, aunque no se parece en nada, de momento, a lo que teníamos antes". Aunque el monasterio es un centro religioso y sigue teniendo monjes de clausura, su actividad es mucho más variada que lo que se entiende tradicionalmente como ora et labora.

"Si en enero y febrero tuvimos 2.000 visitas, desde que reabrimos, en junio, no tuvimos ni de lejos esa cantidad"

Así, es un medio de producción en toda regla, al tener reglado un horario de visitas a sus patios y a sus principales estancias, así como a las exposiciones que alberga, como la muestra de obras de la Escola de Cantería o las salas que albergan mosaicos, con la exposición permanente del artista checo Antoine Machourek. A todo ello hay que sumar su actividad como hospedería, que dista, subraya el prior, de lo que se entiende como la austera hospedería de un monasterio, al tener una completa carta de servicios equiparable a la de un hotel, y la actividad bodeguera, puesto que con el producto de las viñas de las tierras del monasterio se elabora un vino que es de los pocos de la comarca que ya se etiqueta con la IXP Terras de Pontevedra.

Las visitas son el elemento de este centro religioso que más está sufriendo los efectos de la pandemia, según el padre Arsenio.

"Si en el mes de enero y el de febrero habíamos tenido 2.000 visitas, lo que puedo decir es que desde que reabrimos, que fue el 6 de junio, hasta ahora, no tuvimos ni de lejos esa cantidad. Y, de hecho, estimamos que estaremos en torno a las 50 o 60 visitas al día, cuando en un verano normal esa cifra era muchísimo superior", estima. En el interior de un convento que ha visto ya varias pestes y pandemias y cuyos arcos de piedra han presenciado séculos de historia, la crispación y el miedo que han caracterizado a los últimos meses quedan ocultos por el grosor de las paredes de sillería y todo parece amortiguados por la belleza de la arquitectura que se ha ido desarrollando en este espacio a lo largo de los siglos. Al monasterio nunca le faltaron en los últimos tiempos, visitantes relacionados con el Camiño Xacobeo y público extranjero, en especial de Alemania y Francia. Ambos perfiles son los que se echan de menos en estos momentos. "De esos, siempre hubo muchos, pero ahora casi no tenemos", explica el prior, que reconoce que entre los visitantes de la hospedería aún quedan fieles que repiten, año a año, usando este sitio como eje para todas sus vacaciones en las Rías Baixas.

"Estoy por decir que hay muchos de Poio que todavía no han visto esto por dentro", reflexiona el prior, respecto a las visitas

¿Y qué pasa con el público local? El padre Arsenio sonríe. "Estoy por decir que hay muchos de Poio que todavía no han visto esto por dentro". La relación de la vecindad con este centro religioso parece inmejorable. Las imágenes de las procesiones de la Merced o el seguimiento que tienen los eventos de San Xoán son prueba de ello. Si, sin embargo, conocer el interior de esta joya cultural con más de mil años de historia es la asignatura pendiente, el horario de visita es de lunes a sábado de 10.00 a 13.00 horas y 16.00 a 18.00. Así como los domingos de 16.00 a 18.00 horas.

Padre Arsenio: "En agosto hay reservas, pero también incertidumbre"
Al igual que el resto de hosteleros de Galicia, el convento y su hospedería viven con expectación este verano: "Para agosto hay reservas y la cosa parece mejorar, pero también incertidumbre, porque pueden cancelar y no hay seguridad de que no sea así", indica.

 

Biblioteca: La colección privada más grande de Galicia
Además de su arquitectura, los patios del convento y de sus elementos etnográficos, como el emblemático hórreo, este lugar acoge una de las colecciones provadas de libros más importantes de Galicia. Se estima que alberga más de de 150.000 obras, entre ellas, incunables y ejemplares de valor incalculable. El centro tiene su propio espacio expositivo. 

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