Un poiense filma las protestas del 1 de julio en Hong Kong: "En ningún caso pasé miedo"

Álex Rodríguez cubrió para el New York Times la masiva manifestación que llevó a un millón de jóvenes a salir a las calles de la ciudad para defender su autonomía frente al yugo de China 

Álex Rodríguez filmando las protestas en Hong Kong. CEDIDA
photo_camera Álex Rodríguez filmando las protestas en Hong Kong. CEDIDA

NO TODOS los días se cubren manifestaciones de un millón de personas. El poiense Álex Rodríguez vivió en primera persona las masivas protestas que el pasado 1 de julio sacaron a las calles de Hong Kong a cientos de miles de jóvenes. Lo hizo con su cámara a cuestas para cubrir las protestas para el New York Times.

En aquella jornada de lunes se cumplían 22 años desde que China recuperara la soberanía de la región, que hasta 1997 era una colonia británica. Y el rotativo estadounidense quería contar con imágenes lo que estaba a punto de ocurrir en la ciudad. "El departamento de Producción se puso en contacto conmigo. Necesitaban a alguien que hiciera ‘timelapses’ sobre la manifestación para incluir en un documental", explica Rodríguez.

Los ‘timelapses’ son su especialidad. A través de ellos puede reproducir a gran velocidad eventos que se desarrollan a cámara lenta, como la subida o bajada de las mareas o una movilización. Esto último fue lo que hizo. Subido a edificios o en medio de la multitud, Álex captó diversos momentos de aquella histórica jornada, en la que los manifestantes llegaron a ocupar el Parlamento para mostrar su frontal rechazo a un proyecto de ley de extradición que hubiese permitido la entrega de cualquier ciudadano de esta región especial al gobierno continental de China.

"Los manifestantes me apoyaban y me daban paso al ver mi acreditación de 'Prensa'. Me agradecían que contase lo que allí ocurría"

"Fue una experiencia impresionante. Por un lado, porque hacer un ‘timelapse’ de una manifestación con cientos de miles de personas es todo un reto. Se necesita una planificación muy detallada de los ángulos desde donde hay que grabar. En algunos casos tuve que atravesar con mi equipo calles repletas de gente", explica el joven poiense, que reside en Hong Kong desde hace más de siete años.

Rodríguez asegura que no temió por su integridad física durante aquella jornada debido a la actitud pacífica de los hongkoneses. "Todos los manifestantes me apoyaban y me daban paso al ver mi acreditación de ‘Prensa’. Incluso me agradecían que estuviera ayudando con mi trabajo a compartir lo que está ocurriendo en Hong Kong. En ningún caso pasé miedo o tuve sensación de peligro", señala.

Su aportación a la pequeña pieza documental del New York Times puede verse a través de Youtube. Lleva por título 'Hong Kong Protests: What Happened on July 1?'. Su traducción al castellano sería la siguiente: 'Protestas en Hong Kong: ¿Qué pasó el 1 de julio?'. Su duración total es de 4 minutos y 39 segundos.

Rodríguez reconoce haberse sentido "embriagado" por la sensación de multitud en las calles de Hong Kong y recuerda que, gracias a las protestas del lunes pasado, la polémica ley de extradición se ha suspendido. Aún así, el asalto estudiantil al Parlamento de la ciudad ha generado una importante tormenta política tanto en esta región como en el resto de China.

"La gente joven está muy preocupada por su futuro. Buscan, de forma desesperada, un acuerdo con China"

Pekín, la capital del país, ha pedido explicaciones por lo ocurrido. Sobre todo por la actuación policial. Ponen en cuestión la falta de dureza a la hora de disolver la movilización e impedir la entrada de los estudiantes, algunos de ellos con la cara tapada, al Parlamento hongkonés.

"La gente joven está muy preocupada por su futuro. Buscan, de forma desesperada, un acuerdo con China. Pero no hay comunicación", apunta Rodríguez, que ha vivido otros momentos históricos en la ciudad, como la Revolución de los Paraguas de 2014. Entonces, cientos de miles de jóvenes ocuparon las calles para denunciar la pérdida de libertades por el yugo del gobierno chino.

Los hongkoneses quieren mantener su autonomía. Y así se lo han hecho llegar esta semana a los líderes de Pekín, tanto a través de sus cánticos como a través de pintadas que recoge el documental del New York Times. En una de ellas se puede leer lo siguiente: ‘Hong Kong is not China’ (Hong Kong no es China). El pacto «un país, dos sistemas» acabará en 2047. Y los habitantes de la vieja colonia británica no están dispuestos a perderlo.

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