Los niños de Vilaboa cantan por Rozalén

La cantante agradeció al colegio rural que usase su canción 'Que no, que no' con fines educativos ►El proyecto estuvo dirigido por las profesoras de prácticas y la Fundación Princesa de Girona
Momento en que las profesoras ponen a los niños el vídeo de agradecimiento de Rozalén. GONZALO GARCÍA
photo_camera Momento en que las profesoras ponen a los niños el vídeo de agradecimiento de Rozalén. GONZALO GARCÍA
La pandemia ha impedido que Rozalén visitase el Colegio Rural Agrupado de Vilaboa esta semana, pero la cantante no ha querido que el alumnado de este centro se quedase sin un cariñoso mensaje de agradecimiento. El motivo es que los pequeños, dirigidos por sus profesoras de prácticas, Paz Muñoz y Cristina Suárez, grabaron un vídeoclip en el que interpretan la canción Que no, que no, en una versión a la que no faltó la lengua de signos.

El proyecto, realizado con el IES Audiovisual de Vigo, se enmarca en las actividades organizadas por la Fundación Princesa Girona en el marco del programa Generación docentes, mediante el que cada año becan a varios estudiantes de Educación en su último año de carrera para hacer prácticas en un entorno rural. Paz y Cristina, naturales de Valencia y Málaga, son dos de las futuras profesoras que realizaron sus prácticas en el centro de Vilaboa y que estos días se despiden de sus alumnos. "Vinieron aquí a revolucionar el centro con ideas maravillosas", manifestó este martes la directora del CRA, María Concepción Pérez. Y es que estas dos profesoras que residen en Pontevedra propusieron a la dirección del centro trabajar con la canción Que no, que no con los pequeños.

"Pensamos que tenía mucho valor educativo para trabajar el autocuidado. Consideramos que en la sociedad del siglo XXI es importante que los niños y niñas aprendan a conocer sus límites y los de los demás, a decir que no", manifestó Paz, que este martes vivió su último día en el CRA de Vilaboa.

"Trabajamos también en lengua de signos porque consideramos que se tiene que abordar la diversidad en el aula. Además, utilizamos juegos y la robótica para aprender lengua de signos", añadió Cristina.

Las dos profesoras en prácticas relataron que la experiencia de dar clase en un entorno rural como el de Vilaboa "ha sido muy enriquecedora". El poder realizar actividades en la naturaleza, el trabajar con un grupo reducido de alumnos y alumnas son dos de los valores que destacaron de las escuelas rurales.

Además, relataron, pese a la crisis sanitaria, tuvieron la oportunidad de conocer rincones de Galicia y disfrutar de su gastronomía, así como sorprenderse con las diferencias entre Vilaboa y los pueblos de sus lugares de origen.

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