Los paros por toxina han hecho caer un 49% la facturación en la lonja de Campelo

Mientras en las otras cuatro rulas de la ría los balances económicos superan a los del ejercicio 2021, en la de Poio las cifras han bajado de 5,25 millones a solo 2,69 en lo que va de año
Mercancía subastada el pasado martes que los compradores están devolviendo a la lonja de Campelo, en Poio. ANXO LORENZO
photo_camera Subasta de almeja celebrada el pasado verano en la lonja de Campelo. A. LORENZO. ARCHIVO

Más que un año malo, la lonja de Campelo está viviendo un ejercicio terrible, probablemente uno de los peores de su historia. El motivo son los continuos paros provocados por la presencia de biotoxinas que afectan a los moluscos bivalvos, que impiden a los mariscadores faenar con normalidad y mantienen la actividad de la rula prácticamente bajo mínimos, teniendo en cuenta que esta se centra básicamente en la venta de almeja, berberecho y navaja y que la presencia de otro tipo de productos es muy minoritaria.

Las cifras hablan por sí solas. Si entre el 1 de enero y el 9 de octubre de 2021 había facturado 5.250.211 euros, este año lleva solo 2.695.511, es decir, un 48,7% menos. La cuenta sale al comprobar los kilos de mercancía vendida: únicamente 253 toneladas frente a las 397 del año pasado. Más detalladamente, desde que comenzó este ejercicio solo ha despachado 189.920 kilos de almeja japónica (cuando en los mismos meses de 2021 habían sido 314.772) y lo mismo sucede con la almeja babosa (16.045 kilos frente a 22.995), con la almeja fina (9.389 kilos frente a 14.664), el berberecho (9.818 kilos frente a 10.915) y con la navaja (17.376 kilos frente a 20.278).

En Bueu, Marín, Portonovo y la Praza de Abastos de Pontevedra se ha subastado menos tonelaje que el año pasado, pero más caro

La caída en los resultados de la lonja de Campelo está siendo tan pronunciada que sus cifras incluso han provocado que el resultado medio de todas las lonjas de la ría salga negativo, cuando en realidad las otras cuatro arrojan datos de crecimiento en lo que respecta a la facturación. Tanto la de Bueu, como la de Marín, la de Portonovo y la del Mercado de Abastos de Pontevedra han facturado más este año que en los mismos meses de 2021 y eso a pesar de haber subastado menos cantidad de producto.

La explicación es sencilla: el precio de venta de los artículos ha sido más alto, pues el pescado y el marisco tampoco escapan de la inflación generalizada y, de hecho, se nota que han repercutido sobre ellos factores como el alza del precio de los carburantes. El encarecimiento del gasóleo es, en efecto, una de las principales quejas del sector del mar, que ve como faenar en sus barcos le sale cada vez menos a cuenta. Y el resultado se traduce en el precio de lo que finalmente venden en las lonjas.

En Bueu han vendido en lo que va de año 113.827 kilos de pulpo, que son 28.438 más que en el mismo período de 2021

La de Bueu lleva acumulados 2,14 millones de euros (que son 90.000 euros más que en los tres primeros trimestres del año pasado), pese a que ha subastado 315,8 toneladas de pesca (que suponen 8,8 toneladas menos). Allí, el precio medio de venta ha subido desde 6,33 euros/kilo a 6,81 y lo que también ha aumentado es la cantidad de pulpo, que ha pasado de los 85.389 kilos comercializados en los tres primeros trimestres de 2021 a los 113.827 vendidos en lo que va de este año. Pero frente a ese incremento, ha bajado la cantidad de jurel y también  la de navajas y erizos de mar.

En Marín, la facturación hasta ayer ascendía a 2,47 millones (que representan 160.000 euros de subida interanual), aunque lleva subastados 823,6 toneladas de producto (que son 40.172 kilos menos que en el mismo período de 2021), puesto que el precio medio de venta ha pasado de 2,68 a 3 euros por kilo.

En Portonovo la facturación alcanza hasta el momento los 1,51 millones, que son 260.000 euros más que el año pasado a estas alturas. Y eso pese a que el tonelaje subastado ha bajado de 523.892 kilos a 469.975. Una vez más, la clave está en la subida de precios, pues se está vendiendo a una media de 3,23 euros por kilo frente a los 2,39 del ejercicio anterior.

La lonja de la Praza de Abastos de Pontevedra también ha visto como facturación se dispara (de 110.800 euros a 112.134) a pesar de haber movido 179 kilos menos de mercancía (desde el 1 de enero suma 6,9 toneladas).

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