Pide que mejoren el estado del quitamiedos que le cambió la vida

La vecina de A Lama que acaba de perder una reclamación de responsabilidad civil ante el Concello quiere que por lo menos se arregle el elemento que casi causa su muerte

Alba Sobral junto a la valla contra la que tuvo el accidente, que, tal y como denuncia, sigue sin estar bien anclada al suelo y a las sujeciones. JAVIER CERVERA-MERCADILLO - A Lama
photo_camera Alba Sobral junto a la valla contra la que tuvo el accidente, que, tal y como denuncia, sigue sin estar bien anclada al suelo y a las sujeciones. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Alba Sobral es una vecina de A Lama de 32 años. Es auxiliar de farmacia y se casó hace unos años. Su historia es la de una persona que ha visto como su vida daba un giro de 180 grados en una fracción de segundo, la misma en la que perdió el control de su turismo, un 24 de abril de 2014 en un mediodía lluvioso, a escasos metros de llegar a la cárcel de A Lama, en donde trabajaba como camarera.

Alba sufrió un accidente que casi acaba con su vida. Su coche perdió la trayectoria y se salió de la vía por el lado derecho, chocando lateralmente contra un quitamiedos que, por no estar anclado al suelo, se incrustó en el turismo atravesando de puerta a puerta el habitáculo y causándole lesiones graves en ambas piernas. A pesar de todo, Alba puede decir que tuvo mucha suerte, pues algunas de sus heridas hubiesen sido mortales sin una inmediata atención y ella la tuvo gracias a los médicos de la cárcel que abandonaron el penal y le realizaron un torniquete para que no se desangrase esperando la ambulancia.

Al equipo de cirujanos de Montecelo le tocó la difícil tarea de abordar unas complicadísimas lesiones. Tuvo roturas de tibia y peroné y heridas que hicieron que incluso se valorase la posibilidad de amputar una de sus piernas. Gracias a aquel equipo médico y a los responsables de las siete operaciones posteriores -algunas en Madrid-, Alba puede andar con muletas. Eso para ella es un logro, porque los tres primeros años los pasó en silla de ruedas. Tuvo incluso que irse a vivir a un piso cedido por sus suegros para que pudiesen atenderla.

La historia de su accidente, la de cómo su entonces novio entró en la UCI y le pidió que se casase con él, la de cómo él la cuidó y ambos cumplieron esa promesa en cuanto ella se recuperó ya está contada.

El nuevo capítulo en la vida de esta joven es el de asumir el mal trago de haber perdido la demanda para que el Concello de A Lama la indemnizase por las lesiones de aquel accidente.

Aún hoy, con la negativa del Tribunal Supremo a revisar su última opción (un recurso de casación presentado tras recibir la sentencia negativa del TSXG), la joven discrepa con los jueces. La Justicia se ampara en el informe de la Guardia Civil en el que se apunta a una velocidad indebida como causa del accidente. Ella insiste: "No llegaba tarde y ya estaba al lado del trabajo. Aquel día llovía y el coche patinó. Yo no recuerdo ir rápido, pero, sobre todo, fuese como fuese, si el quitamiedos estuviese anclado como debería estar, no hubiese atravesado mi coche, ni mis piernas". Es lo que se llama concurrencia de causas, pero ningún juez quiso valorar si el elemento mal colocado influyó o no en sus lesiones.

Alba cree que la indemnización que le reclamaba al Concello (368.000 euros) le habría venido bien para contar con un colchón con el que abordar su futuro. "Como estaba contratada solo por dos horas, aunque conseguí la incapacidad absoluta, me queda una pensión de unos 600 euros. No entiendo cómo pretenden que me apañe con 600 euros al mes, o cuál creen que será mi futuro con esta cantidad. Mi situación, además, puede empeorar, pues ya me han avisado de que mis secuelas se complicarán con el tiempo. No sé quién puede pagar medicamentos y casa con una cantidad tan baja", lamenta.

Pero lo que más frustra a la vecina de A Lama es saber que "me he quedado así y no hay otro responsable que no sea yo. La Justicia me dice: te jodes y te quedas así hasta que te pudras. Nadie va a tomar medidas, ni siquiera para anclar como Dios manda ese quitamiedos y evitar que esto se repita". La joven pide que el Concello revise la situación del elemento y reconozca al menos, de modo implícito, que este incumplía la normativa de tráfico.

Secuelas: "Nadie me preguntó si necesito algo"
El coche accidentado. DP - Quitamiedos A Lama Alba Sobral"Puedo andar sin muletas un rato. Y el resto del tiempo, lo hago con ellas, pero tampoco demasiado, pues también eso me provoca dolor. Se me ha quedado un pie torcido y no puedo moverlo. No conduzco. Ni siquiera lo intenté después del accidente. Hasta cuando me llevan otros en coche voy nerviosa, así que no creo que conduzca, salvo que se dé un caso muy grave. He ganado peso como consecuencia de mi menor actividad física y en casa no puedo hacer nada. Ni siquiera las tareas del hogar". Así describe Alba Sobral su situación.

AYUDA. "En todo este tiempo, el alcalde ni se dirigió a mí. Nadie preguntó que qué tal estaba o si necesito algo". La vecina de A Lama indica que "solo la agrupación municipal de Ciudadanos se hizo eco de esta situación" y relata que "del mismo modo que tengo que agradecer a Ciudadanos, a los médicos de la cárcel, a los del CHOP y a mi familia y marido sus esfuerzos, no entiendo por que aún hoy nadie del Concello me preguntado si necesito algo".

Comentarios