Poio reconoce la labor de las familias que acogen a Verónika y Mrabih

Dos familias reciben a pequeños del Sahara y Chernovyl en verano ►"Es una experiencia muy bonita, pero muy dura: los niños se sorprenden con cosas cotidianas que nosotros no valoramos"

El alcalde, la teniente de alcalde, los familiares y miembros de la asociación Sogaps durante la recepción. CRISTIAN FERNÁNDEZ
photo_camera El alcalde, la teniente de alcalde, los familiares y algunos miembros de la asociación Sogaps durante la recepción. CRISTIAN FERNÁNDEZ

Luciano Sobral, alcalde de Poio, Chelo Besada, teniente de alcalde y Rosa Fernández, concelleira de Benestar e Servizos, dieron este viernes la bienvenida a Verónika y Mrabih en la sala de plenos del Concello. Así mismo, el primer edil y las concelleiras agradecieron la labor que realizan las familias que acogen a estos niños durante el periodo vacacional. "É dun gran mérito o que facedes: ocupádesvos dos rapaces, preocupádesvos deles económicamente e tamén de ensinarlles a fermosura da nosa vila" reconoció Luciano Sobral.

Veónika, de 12 años y procedente de Chernobyl, estará en el municipio por quinto año consecutivo de la mano de la asociación Ledicia Cativa. La pequeña se desenvuelve perfectamente en nuestro idioma y disfruta mucho de la compañía de su familia de acogida. "El periodo de adaptación al nuevo entorno de Verónika no fue muy duro, ni tampoco el idioma ya que su hermana también estuvo en este programa y sabía hablar en español de maravilla, cosa que a Verónika le ayudó mucho. Además el primer año vienen acompañados de unos intérpretes para hacerselo más fácil", comenta el padre que acoge a Verónika.

En el caso de Mrabih Ahmed es diferente, ya que el saharaui de 11 años toma contacto por primera vez con España. "Nosotros tuvimos otros niños acogidos antes con Sogaps, es una experiencia muy bonita y enriquecedora, pero también dura, porque muchos de los niños se sorprenden con cosas cotidianas que nosotros no valoramos. Eso te hace plantearte cual será su situación real durante el resto del año", cuenta la madre de acogida de Mrabih. Con respecto a la adaptación al entorno y las dificultades a la hora de comunicarse que puede tener el niño, la mujer añade que "los niños son como esponjas, lleva aquí tres días y se comunica muy bien, aunque es cierto que Mrabih asiste a clases de español en su país".

Aún con la ilusión que los dos tienen por pasar las vacaciones aquí, se comunican diariamente con sus familiares por videoconferencia. "Sus familiares estaban preocupados por si había llorado. Pero no lloró nada, simplemente al verlos desde tan lejos se puso triste, pero es algo normal", confiesa la madre de acogida del saharaui. Tras una agradable charla con los miembros del equipo de Gobierno del bipartito, estos le entregaron un pequeño regalo para que los pequeños puedan disfrutar con sus nuevas familias de su estancia de verano.

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