"Queda mucho por hacer"

AMIGOS DA CANCEIRA. Los más de 30 voluntarios que colaboran a la hora de asumir el cuidado de los perros y gatos de la perrera de Poio, una tarea que llevan realizando desde hace una década, centran su objetivo en fomentar las adopciones y luchar contra los abandonos

Numerosos integrantes de la agrupación participan en los paseos que se organizan cada fin de semana con las mascotas. RAFA FARIÑA
photo_camera Numerosos integrantes de la agrupación participan en los paseos que se organizan cada fin de semana con las mascotas. RAFA FARIÑA

"Cada vez hay más concienciación, pero todavía queda mucho trabajo por hacer". La Asociación Fogarcan-Amigos da Canceira de Poio lleva prácticamente una década trabajando en favor de los animales que, por diferentes razones, acaban en la perrera municipal. A día de hoy existen más de medio centenar de perros y ocho gatos, repartidos en estas instalaciones, situadas en el lugar de A Armada, y en diferentes casas de acogida. Estas cifras dan la razón a los responsables de la agrupación, que, gracias al acuerdo alcanzado hace unas semanas en con el Concello, seguirán colaborando activamente en el cuidado de estas mascotas, a través de diferentes actividades e iniciativas.

"Realizamos entrevistas previas a las personas que quieren adoptar, para que elijan al perro que mejor se adapta a sus circunstancias"

Los más de 30 voluntarios que colaboran con Amigos da Canceira no se limitan a pasear a los animales. Sus quehaceres son mucho más complejos y variados. Además del cuidado de canes y gatos, también costean algunos gastos veterinarios (cuando es necesario practicar alguna esterilización u operar a algún peludo que haya sufrido algún tipo de lesión o herida) y buscan fórmulas para recaudar fondos.

Sus dirigentes destacan, asimismo, la importancia de buscar el dueño adecuado para cada animal, y viceversa, a la hora de fomentar las adopciones. "Hacemos entrevistas previas en casa de las personas interesadas, para ayudarles a que elijan al perro que más se adapte a sus circunstancias. La adopción no debe basarse en el aspecto del animal, sino también en sus necesidades, así como en la disponibilidad del propio adoptante. Si esa persona está feliz, el perro también lo estará", explican.

La asociación advierte de que en los últimos tiempos se ha producido un incremento de abandonos que afecta sobre todo a canes de presa y mascotas mayores. "El problema es que estas son precisamente las especies que más cuesta adoptar, ya sea por los trámites previos o porque, en el caso de los mayores, teóricamente van a vivir menos. En todo caso, la tranquilidad, la compañía y la paz que pueden aportar, sobre todo a aquellas personas que no disponen de tiempo para paseos, es algo fantástico".

A día de hoy, una de las mayores preocupaciones de Fogarcan es encontrar un hogar para Rufo. "Tiene el dedo de una pata roto, necesita un lugar caliente para guardar reposo y recibir el tratamiento. Es muy tranquilo y cariñoso", tal y como lo describen sus cuidadores.

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