Un año y ocho meses después de la tragedia del Nuevo Marcos

Campelo era la villa natal de toda la tripulación

El Nuevo Marcos permaneció hundido a seis metros de profundidad durante cuatro días. RAFA FARIÑA (ARCHIVO)
photo_camera El Nuevo Marcos permaneció hundido a seis metros de profundidad durante cuatro días. RAFA FARIÑA (ARCHIVO)

[Esta noticia se publicó el 26 de abril de 2018, en el primer aniversario del naufragio del Nuevo Marcos]

LA MADRUGADA del 26 de abril de 2017 comenzó como otra cualquiera en la ría de Pontevedra. Las numerosas embarcaciones que, poco después de la medianoche, comenzaban a faenar poco podían imaginarse que esa fecha acabaría por convertirse en una de las más negras de la historia de Poio. 

Al filo de las 4.00 horas, la tripulación del Nuevo Marcos, un pesquero de doce metros de eslora, enfilaba hacia el muelle de Combarro cuando colisionó violentamente contra una de las bateas situadas en las inmediaciones de la Illa de Tambo. Era una noche fría, en la que soplaba un viento desapacible, pero la claridad era total. Esas condiciones no impidieron la tragedia: tres de los cincos tripulantes, Francisco Castiñeiras, Florentino Carballa y Jesús Ligero, perdieron la vida, mientras que los dos hijos de dos de los fallecidos, Carlos Carballa y Adrián Ligero, lograron salvarse. Mientras que el segundo fue rescatado agarrado a una batea, muy cerca de donde se encontraba el cuerpo de su progenitor, Carlos consiguió nadar hasta la playa de As Canteiras, en las inmediaciones del puerto deportivo de Combarro, y pedir ayuda a un vecino que en ese momento se encontraba paseando por el arenal. En su travesía, el joven, que entonces contaba con 22 años, consiguió sobreponerse a las bajas temperaturas del agua y a la fuerte corriente. Su capacidad de superación está considerada una hazaña por muchos vecinos, máxime si se tiene en cuenta que el marinero permaneció nadando durante casi dos horas.

Tres días de luto oficial o el descubimiento de un monolito en Campelo, otros actos realizados para honrar su memoria

Todos ellos son naturales de Campelo, una localidad de gran tradición marinera que estos días rinde homenaje a la memoria de sus vecinos fallecidos. Este viernes, el templo de la villa acogerá una misa en recuerdo de Jesús Ligero (20.30 horas). El sábado, también a las ocho y media de la tarde, habrá un funeral por Francisco Castiñeiras. El pasado 20 de abril se celebró otra misa en memoria de Florentino Carballa.

RECUERDOS ANTERIORES. No es la primera vez que Poio se vuelca a la hora de honrar a los marineros fallecidos. Precisamente, apenas unas horas después del trágico naufragio (uno de los más graves acaecido en las Rías Baixas en lo que va de siglo), la Corporación municipal de Poio se reunía de urgencia para decretar tres días de luto oficial. La proximidad con el 1 de mayo motivó que, por primera vez, el Concello aplazase la Festa dos Maios, que se celebró coincidiendo con el Día das Letras Galegas.

Lo sucedido con el Nuevo Marcos también marcó la celebración de las Festas do Carme. Fue entonces cuando las autoridades locales, familiares, amigos y allegados descubrieron un monolito en las inmediaciones del muelle de Combarro. 

Aunque ya ha pasado un año desde el naufragio, a día de hoy todavía se mantienen varias incógnitas abiertas sobre las causas del accidente. La investigación permanece archivada, a la espera de las conclusiones de la Comisión de Investigación dependiente del Ministerio de Fomento. Cabe recordar que los restos del Nuevo Marcos no pudieron ser remolcados a puerto hasta cuatro días después de lo sucedido. El pesquero fue encontrado a seis metros de profundidad.

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