La reina de la ría vuelve a mostrar sus secretos

Comuneros y vecinos de Combarro protagonizan la primera excursión a Tambo, que inaugura su reapertura al público

Los 50 visitantes, de regreso al catamarán Pelegrín, que les llevó a la isla. RAFA FARIÑA
photo_camera Los 50 visitantes, de regreso al catamarán Pelegrín, que les llevó a la isla. RAFA FARIÑA

La isla de Tambo vuelve a ser una realidad accesible para los vecinos de Poio y para aquellos que quieran conocer sus secretos. El lazareto en el que pasaron cuarentenas los portadores de enfermedades tropicales, el faro de Tenlo, las instalaciones militares o la capilla de San Miguel, saqueada por Sir Francis Drake, vuelven a contar su historia a quien quiera oírla, (bajo las condiciones pactadas con el Ministerio de Defensa) en excursiones como la inaugural, celebrada este sábado por la Comunidade de Montes Rega dos Agros, que contó con 50 participantes.

Tambo estuvo cerrada al público más de dos años por decisión de Defensa, después de apreciar daños en el transcurso de una de las visitas celebradas entonces. El nuevo acuerdo permite la llegada, siempre con permiso y con guía militar, pero en realidad los responsables militares acompañan discretamente al grupo, colaborando en especial en los momentos en que el recorrido habilitado puede ofrecer dificultad. El itinerario, casi circular (solo la maleza impide avanzar hacia el interior) ofrece la oportunidad de conocer la historia de este reducto a través de los vestigios que conserva: desde el más antiguo, el castro que la corona, que apenas se adivina entre los eucaliptos, hasta la capilla de San Miguel, que data del s. XVI y que fue construida en donde estaba el templo de San Fructuoso (s. VI) y su convento.

La isla fue también un recurso para los vecinos de Combarro, a cuya parroquia pertenece. Según conserva la memoria popular, los vecinos obtenían leña y cultivaban terrenos en la misma. El Concello también conserva documentos con los nombres de los dueños de esas parcelas. En 1865 se abrió el lazareto de la isla, del que se conservan planos en el Museo Provincial. La construcción, dividida en dos naves contiguas, conserva los fuertes paredones exteriores, cubiertos de hiedra. Manuel Carramal, presidente de Rega dos Agros recordó que este inmueble "que solo se usou 14 anos e que se pechou por presión social, podería, nun futuro acoller un centro de interpretación ou un equipamento, se se chegase a recuperar a illa para un uso civil". Carramal, que ejerció de guía también mostró el punto de captación de agua dulce y el túnel estratégico que une esa mina con el espacio del polvorín. En este rincón, además, se aprecian los restos del trabajo de extracción de cantería sobre el granito, que se presume que fue usado en la construcción de casas en Combarro. El recorrido concluye en Tenlo, un faro que aún estando cerrado, ofrece una impresionante vista del interior de la ría.

Tanto Manuel Carramal como Gregorio Agís, edil socialista de Poio que acudió en representación del Concello agradecieron la participación y la cooperación ofrecida por la Escuela Naval Militar para este regreso a la isla, "que esperemos, pronto deixe de ser a grande esquecida da ría de Pontevedra", deseó el presidente.

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