A Rente do Chan celebra la orden de demolición de Ponte Inferno, pero anuncia que custodiará el proceso

El colectivo social que inició el proceso dice que la decisión de la Xunta "nos dá folgos" para continuar en la defesa del río frente a otros proyectos lesivos, como el trasvase
Los integrantes de A Rente do Chan, en una pequeña celebración, en Ponte Caldelas, cuando se conoció el dictamen de la Xunta. DP
photo_camera Los integrantes de A Rente do Chan, en una pequeña celebración, en Ponte Caldelas, cuando se conoció el dictamen de la Xunta. DP

La noticia de que la Xunta ha comunicado la extinción del permiso de explotación del salto de Ponte do Inferno y la orden de demoler la presa ha generado una cadena de reacciones de diverso tipo en las últimas horas: desde la celebración por parte de los integrantes del colectivo conservacionista A Rente do Chan-Pladever, hasta el recordatorio del alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, que lamenta la pérdida de empleos en el municipio, derivada de este cierre.

La Consellería de Infraestructuras e Mobilidade, a través de Augas de Galicia, ha notificado a todos los interesados la resolución de la caducidad de la concesión de Ponte do Inferno, en el río Verdugo, en la que se establece que se deben demoler de los elementos del aprovechamiento existentes en el río. Para ello, la firma concesionaria hasta el momento, Naturgy, deberá presentar en el plazo de seis meses un proyecto acorde a las necesidades de remover los obstáculos en el propio curso fluvial y en la zona de dominio hidráulico. También deberá dejar de derivar agua del cauce por el canal de desvío del salto hidroeléctrico en el plazo de un mes y medio.

La noticia es un doble hito en la historia de las infraestructuras fluviales gallegas. Por una parte, los expertos en ecología de sistemas fluviales indican que pocas o ninguna vez las administraciones resuelven anular las concesiones y, mucho menos, demoler embalses. De hecho, no hay constancia de la eliminación de ninguna de estas dotaciones en el territorio autonómico desde que existe Augas de Galicia. Así que este será, oficialmente, el primer embalse que estaba en uso y que ordena demoler la Xunta.

El embalse de Ponte do Inferno tenía unos 130 años en el momento en que se solicitó que se decretase la caducidad del expediente y esa es otra de las novedades: el proceso para la recuperación del río lo inició el colectivo conservacionista local A Rente do Chan-Pladever.

La asociación inició en 2018 un periplo con la presentación de un escrito ante Medio Ambiente, que se complicó enormemente, dado que, como efecto de la pandemia, todo el proceso del expediente de extinción caducó. Fruto de sus acciones de denuncia, de la presión administrativa y social y de un estudio minucioso del estado del río, en el que incluso descubrieron cuestiones presuntamente delictivas (como el turbinaje del agua fuera ya del periodo de concesión, o el turbinaje sin caudal ecológico en 2019) la liberación del río se convirtió en una causa social en toda la comarca.

El responsable de A Rente do Chan, Jesús de la Fuente, indicó que el colectivo está "satisfeito", pero "expectante". A Rente do Chan, que celebró en la Alameda caldelana un encuentro con sus socios para festejar este momento, había pedido que el proyecto de demolición se hiciese usando el ya redactado por la empresa para legalizar la presa y esto no se cumplirá. "Seis meses é moito tempo para redactalo, ben o poderían ter en tres: queremos que o río se libere da mellor forma posible". Anunció que la asociación seguirá custodiando el proceso: "estaremos atentos a que se elimine rápido e ben" este obstáculo. La medida también "nos dá folgos para seguir defendendo o río de outras agresións. En 2018 sabiamos que tiñamos razón, pero isto parecía un imposible", añade, en referencia al papel del Verdugo en los planes de abastecimiento de Vigo.

Alcaldes de Soutomaior, centro, y Ponte Caldelas, en el acto de audiencia en la propia planta hidroeléctrica, el año pasado. DP
Alcaldes de Soutomaior, centro, y Ponte Caldelas, en el acto de audiencia en la propia planta hidroeléctrica, el año pasado. DP
En Soutomaior: "Es una gran noticia para las familias que viven de la ría"
El alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera, celebró la resolución  y destacó su importancia para el sector marisquero local. "Este anuncio pone fin a varios años demandando el cierre de esta presa. Es una gran noticia para las decenas de familias que viven del marisqueo y para todos los vecinos de Soutomaior".

Del mismo modo, el regidor recordó que "la defensa de la biodiversidad del río y su cauce es la defensa por los recursos propios de nuestros vecinos y de nuestra economía. Nuestro deber es protegerla de más daños, sea en forma de centrales hidroeléctricas o de trasvases inútiles". Por último, el primer edil indicó que la eliminación de la presa y la posterior restauración del cauce original del rio implicará la recuperación de un tramo de dos kilómetros del río Verdugo y cinco del río San Vicente "en poco tiempo veremos como se recupera la biodiversidad del río y mejora su productividad natural. La mejor noticia posible para dos de nuestros mayores sectores productivos, el marisqueo y la hostelería", finalizó.

 

En Ponte Caldelas: Díaz recuerda que estaba en contra
El alcalde de Ponte Caldelas también ha hecho pública su reacción a la decisión de la Xunta. Andrés Díaz empleó para ello su perfil público en las redes sociales y en él mantuvo lo que había declarado ya en la audiencia mantenida en las instalaciones con técnicos de Augas de Galicia y los dos concellos afectados. Andrés Díaz se postuló entonces en contra del cierre de la presa y  de nuevo ayer valoró la decisión como negativa porque afectará, según sostiene, al personal de la minicentral. "Alegrámonos de que se eliminen os obstáculos no noso Río Verdugo, agora ben, como dixemos dende o primeiro momento, aí traballan veciños de Ponte Caldelas e non se pensou neles. Estamos á súa disposición para axudalos no que poidamos. #aspersoasprimeiro", indicó.

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