Rescate con azada y excavadora a una perra atrapada en una madriguera en montes de A Lama

El animal se perdió en una batida y no fue posible dar con él hasta el día siguiente, tras un desmonte de varios metros en la zona
El dueño de India, tras el rescate.DP
photo_camera India y su dueño, tras el rescate. DP

Llevaba más de 24 horas atrapada en el interior del laberinto compuesto por varios túneles de una conejera, su collar con localizador GPS no funcionaba y era incapaz de ladrar, gemir o hacer ruido. Esa era la situación de una perra de caza, India, una beagle mestiza de cuatro años que se perdió en A Lama el domingo.

La historia del animal, perteneciente a José Ramón Gaspar, un cazador estradense que acudió como invitado a una batida, hubiese acabado con un final trágico de no ser por la persistencia y capacidad de cooperación de los responsables del técor societario de A Lama, encabezados por Sergio Cendón, tras decenas de horas de rastreo y más de hora y media de trabajo con una excavadora y herramientas manuales, sacando tierra de la zona en la que se había perdido la señal del collar.

Tal y como explican desde esta sociedad de caza, India, se pudo haber perdido por encontrar el rastro muy fuerte de un conejo, que siguió hasta acabar atrapada en su refugio. Tras dejar la búsqueda de la perra el domingo, situando en el monte varias prendas para que, si el animal volvía se orientase y esperase allí a su dueño, este volvió a A Lama el lunes para seguir recorriendo sin éxito la zona y a las tres de la tarde se reunió con la sociedad de caza. A todos les pareció viable pensar que India podía haberse quedado atrapada bajo tierra en la zona en donde tenían la última señal de su collar con GPS y con esa intención iniciaron una búsqueda por un espacio con un radio de unos 50 metros.

En la zona había cerca de 20 aperturas de túneles o conejeras y las despejaron todas de maleza, pero aún así, India no daba señales de vida. El rescate, para entonces estaba integrado por unos cinco cazadores de la directiva de A Lama y dos trabajadores de la zona que cooperan con esta entidad y tienen maquinaria. Incluso, apunta el presidente, algún cazador de más edad que estaba fuera ayudó, orientándose por las fotos que recibía en su móvil, para que se pudiese despejar la zona y dar con todas las madrigueras posibles. Llegado ese momento, hasta el dueño de India tuvo que regresar a su trabajo y solo los lameses se quedaron con el operativo. Finalmente, tras localizar dos hoyos en los que parecía haber rastros recientes, eligieron uno, y llamaron a la excavadora. El trabajo a partir de entonces fue una combinación de fuerza mecánica, para retirar las piedras, y esfuerzo manual, para sacar, a paladas o con una azada, toda la tierra del laberinto sin herir al animal. "Somos cazadores, pero nos duele ver sufrir a uno de los perros o a otros animales, como a cualquiera", comentan desde la sociedad de caza, indicando que cuando se oyó el primer ladrido de India, ya eran las 18.30 horas, no había luz, y casi todos habían perdido toda esperanza.

La aparición de la beagle fue un pequeño milagro, porque se removió tierra de unos seis metros de laberinto subterráneo y ella no dio señales de existencia hasta que su hocico quedó liberado. La bleagle estaba consciente y activa y ladró enseguida. Aunque temieron que se pusiese rabuda, en un segundo estaba ya en los brazos de uno de sus rescatadores. José Ramón Gaspar recibió emocionado la noticia del rescate, aunque, para no generar más molestias a los miembros del técor de A Lama, todavía no ha recibido al animal, que sigue en los caniles de un miembro de esta asociación, debidamene aposentada y en perfecto estado de salud. "Isto noutros tecores non pasa, a xente coma esta non existe", destacó este martes, agradecido con la implicación de los lameses, de los que destacó la "especial" actitud y la empatía demostrada "para evitar que un animal morrese desa maneira".

La sociedad de caza ha mandado tapar el orificio realizado para evitar así daños al ganado mostrenco o a los garranos de la zona.

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