Roban patinetes en el segundo asalto en un mes a una firma de Lourido

La empresa, dedicada al alquiler de estos vehículos y a la organización de fiestas, cifra el valor de lo sustraído en unos 4.000 euros
El cristal del almacén, hecho añicos y parte de los segways que fueron sustraídos, en una foto anterior. CEDIDAS
photo_camera El cristal del almacén, hecho añicos; y parte de los 'segways' que fueron sustraídos, en una foto anterior. CEDIDAS

Los cristales dobles, de seguridad, de uno de sus almacenes y la cerradura de la puerta reventados y sin parte del material que guardaban en su interior. Así se toparon al mediodía de este martes sus dependencias los responsables de la empresa Loukart, situada en Playa Lourido y dedicada al alquiler de hinchables, karts a pedales y monopatines eléctricos y a la organización de fiestas de fin de curso, cumpleaños y otros eventos de ocio. El ladrón o ladrones se llevaron al menos media docena de segways y dos ninebots (modelos de patinetes eléctricos), así como cargadores y otras pertenencias de tipo personal. Según sus dueños, el valor de lo sustraído ronda los 4.000 euros.

"Creo que deben ser los mismos ladrones de la vez anterior, que repitieron y volvieron de noche", opina el dueño de la finca

"Creemos que entraron de noche", explica Ángel Alfonsín, propietario de la parcela en la que se asienta el almacén de la firma. Es, dice, "el segundo asalto en un mes". En el anterior, a mediados septiembre, se llevaron dinero en metálico, en una cantidad de unos "500 o 600 euros", lo que el establecimiento había hecho de caja. Entonces, el robo fue por la mañana. "Yo creo que deben ser los mismos, que repitieron y volvieron de noche. Dicen que tuvo que ser entre las cinco y las siete de la mañana", apunta Alfonsín. Los responsables aseguran haber presentado denuncia ante la Guardia Civil y que agentes se desplazaron a las instalaciones para investigar lo sucedido, "pero no encontraron huellas ni nada".

Las dependencias, que funcionaron en su día como un pequeño karting, están pegadas a un monte, lo que pudo servir de vía de escapatoria para que el ladrón o ladrones pudiesen llevarse el material robado sin levantar sospechas.

La investigación está en marcha. Mientras aún realizaban el recuento de las pérdidas, los dueños del negocio hacían un llamamiento público para tratar de dar con la mercancía sustraída. "Si veis este tipo de material a la venta usado, agradecemos que nos paséis información", escribían en su cuenta de Facebook, desde la que admitían sentir "impotencia" tras sufrir dos robos en apenas un mes.

"ALGO ESTÁ PASANDO". En relación a la proliferación de este tipo de actos delictivos, la firma, que también realiza formación en educación vial y colabora con el Concello de Poio, apuntaba en el mismo texto, a través de las redes sociales, que "algo está pasando en Lourido". Mientras, no oculta su preocupación por lo ocurrido y mantiene la esperanza de poder recuperar el material.

Este robo en Lourido se produjo apenas dos días después de los registrados, el pasado fin de semana, en el municipio de Ponte Caldelas, donde hubo asaltos en hasta cinco empresas en la noche del sábado al domingo: en tres firmas dedicadas al mundo del automovilismo en la zona de Pazos, en una gasolinera y en un invernadero de Caritel. En la firma Autos C. Castiñeira sustrajeron entre 1.500 y 2.000 euros de recaudación de una venta de Lotería de Navidad, si bien los daños causados en las instalaciones podrían superar los 6.000 euros. Las otras dos firmas del sector registraron pérdidas en máquinas expendedoras y en la estación de servicio, una cantidad aún por precisar. En algunos casos, fallaron las alarmas. En otros, los amigos de lo ajeno robaron el grabador de video para eliminar pruebas que revelasen su identidad.

Mayor susto se llevó la dueña del invernadero de Caritel, que llegó al lugar antes de que el ladrón huyese. Fue alertada por la central de alarmas de que había movimiento alrededor de las instalaciones y se acercó. De inmediato, la empresa de seguridad volvió a telefonearla para pedirle que se marchase, porque había alguien dentro del invernadero. Lo hizo, pero luego recapacitó y regresó con su coche. Dio luces hacia el interior de las dependencias, se bajó del vehículo y abrió el portón, pero cuando entró ya no había nadie. En su caso, los daños se limitan a una ventana y un lateral del invernadero.

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