La segunda fase de la PO-234, que costará 600.000 euros, se rematará en ocho meses

El alcalde reclama a la Xunta que reconsidere dotar el vial de una senda ciclista y aceras en Laxoso ▶ Cores le pide que pague las expropiaciones

El delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, y el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, visitaron este lunes el inicio de los trabajos de la segunda fase de la mejora de la carretera autonómica PO-234 entre Ponte Caldelas y Laxoso en la que la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade invertirá cerca de 600.000 euros, incluyendo las expropiaciones.

El proyecto a desarrollar mejorará las condiciones de seguridad vial en un tramo de 2,16 kilómetros que unen el punto final de la travesía de Ponte Caldelas (en el punto kilométrico 0,420), hasta la entrada de la travesía de Laxoso, (en el punto kilométrico 2,580).

En virtud a los trabajos contemplados en este plan, que será ejecutado por la empresa Marconsa en un plazo de unos ocho meses a partir del inicio, los trabajos permitirán ampliar la calzada, que actualmente tiene entre cinco y cinco metros y medio. El nuevo firme contará con un ancho de siete metros. Además de estrecho, el vial es sinuoso, y el proyecto pretende rectificar el trazado en algunas de sus curvas más peligrosas.

Además se ejecutarán cunetas tendidas de seguridad en los tramos en los que se precisen, alcanzando aproximadamente unos 1,6 kilómetros de la carretera.

Esta intervención impulsada por el departamento de Infraestruturas de la Xunta en respuesta a la reivindicación vecinal sobre la peligrosidad de la carretera, será financiada íntegramente, incluyendo el pago de las expropiaciones de las 74 fincas necesarias para esta actuación. En total, el proyecto se acercará a los 600.000 euros de coste.

Cores Tourís recordó en el punto que falta aún por poner en marcha el tercer tramo de esta reforma, que, con el objetivo de ser más ágil, cuenta, precisamente con tres fases: la primera, desde Augasantas al límite de Ponte Caldelas, ya se realizó, y la tercera, desde el PK 2,5 hasta el límite municipal, contando con el tramo que discurre por el centro de Laxoso, es la que está en fase de redacción.

Con respecto a la diferencia entre el inicio y entrega de las obras en la parte de Cerdedo-Cotobade y la de Ponte Caldelas, la Xunta recuerda que "foi necesario levar o trámite expropiatorio ao Consello da Xunta, ao non dispor o concello dos terreos necesarios para acometer esta actuación".

Además, insistió Cores, "o concello segue sen aboar os cartos acordados a través dun convenio para facer fronte a estas expropiacións, que roldaban os 40.000 euros", para matizar que "agora o alcalde pídenos unha senda peonil e ciclista, que non solicitou cando se deseñou o proxecto e que suporía máis expropiacións".

Tanto Cores Tourís como el alcalde mantuvieron una breve conversación en el punto sobre este asunto. El regidor insiste en que es un agravio que el tramo de Cotobade sí tenga esta senda y el caldelano no. El delegado, que admitió peticiones más pragmáticas, como el acuerdo para la coordinación de obras que permitirá la renovación de los servicios de canalización de agua que permiten que funcione el abastecimiento municipal, y ofreció realizar aceras, muros de contención y sendas, mediante algún acuerdo "se o concello pon o material".

Díaz: "Quería unha obra máis ambiciosa"
El alcalde, a pesar de manifestar su felicidad con el inicio de la obra, dejó claro que hubiese esperado que la ejecución fuese "máis ambiciosa". Andrés Díaz aclaró también que sí está dispuesto a aportar fondos para el pago de expropiaciones de los trabajos aunque insiste en que su idea de "ser o único concello en España en pagar a expropiación dun vial autonómico", pero solicitando por escrito "o convenio que a conselleira dixo que se asinara en Cotobade", para el vial de Vichocuntín. Díaz reclama además una senda ciclista entre la villa y Laxoso y aceras de piedra para este lugar, algo que, insiste, la Xunta construyó en el tramo cotobadés.

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