El Gobierno local de Soutomaior quiere ser parte activa en el proceso de renaturalización del entorno de la presa de Ponte do Inferno, entre Ponte Caldelas y este municipio, después de que la Xunta, a través de Augas de Galicia, decretase la caducidad de la concesión y la necesidad de demoler el embalse y liberar el cauce del río en este tramo.
Soutomaior, que se había postulado en contra de la perpetuación de la concesión, que tenía más de cien años, considera que este momento, en el que se está trabajando para diseñar el proceso de demolición de las construcciones pertenecientes a la explotación eléctrica, es el idóneo para proponer ideas que sirvan para devolver al río y a la sociedad parte de lo que la construcción ha generado en sus más de cien años de vida.
Sempre será mellor aprender dela que tirala abaixo e facer coma se nunca estivese aí", dice el alcalde
Es así como el Gobierno local propone a la empresa de ingeniería contratada para redactar el plan de demolición, que, en este proceso, se salve la construcción que albergaba parte de la actividad de transformación eléctrica y que se conoce como Fábrica do Inferno.
El alcalde, Agustín Reguera, se reunió la semana pasada con la empresa de ingeniería contratada por Naturgy para redactar el plan de demolición del vaso principal de la presa (Alterio Ingeniería) y solicitó que se estudie la posibilidad de conservar el citado edificio. Se trata de un inmueble que se encuentra dentro de los límites del concello y en el que, si se dan las condiciones adecuadas, el Concello se propone darle cabida a un Centro de Educación Ambiental "do que se poida beneficiar toda a veciñanza, pero en especial os escolares".
El Gobierno local explica también que "esta acción incluiría a posta a punta dos camiños e sendeiros que chegan á fábrica" y permitiría articular una oferta educativa y cultural en la que de algún modo se preserve la parte histórica de esta actividad.
Reguera apuesta por la "oportunidade que brindan estas instalacións para que as xeracións futuras poidan visitalas e aprender sobre o impacto natural que ten a industria e o custo ambiental da enerxía. Esta estación hidroeléctrica unha parte da nosa historia, coas súas cousas boas e malas. Sempre será mellor aprender dela que tirala abaixo e facer coma se nunca estivese aí", apunta.
