Desnutridos, llenos de garrapatas y muy débiles. Así se han encontrado los voluntarios de Difusión Felina a una camada de gatos en la playa de Lourido, en Poio, tras haber sido arrojados al lugar desde la ventanilla de un coche.
"Los pobres se tiraban a la gente pidiendo ayuda y a todos los que pasaban por allí le daba mucha, mucha pena la situación pero nadie podía llevárselos a su casa", denuncian los miembros del colectivo a través de sus redes sociales.
A pesar de haber paralizado las acogidas de felinos y de que los animales se encontraban fuera de su ámbito de actuación (que se limita al Concello de Pontevedra), la asociación ha hecho una excepción por la gravedad del caso y ahora los gatos, de apenas un mes y medio, se recuperan en el cuarto de baño de uno de los voluntarios. Cuando se recuperen los pondrán en adopción.