Trabajadores del centro penitenciario de A Lama se desplazarán este martes en tres autobuses y coches particulares para participar en la manifestación de este 11 de diciembre contra la precariedad en las cárceles. Así lo han destacado las organizaciones sindicales con representación en el centro de A Lama -ACAIP, CCOO, UGT, CIG, CSIF, ATP-, que indican que esta nueva manifestación se suma a las seis jornadas de huelga general ya realizadas y las recientes movilizaciones celebradas en A Coruña y Pontevedra por el mismo motivo.
"No podemos seguir siendo los grandes olvidados del Ministerio del Interior y es necesario que todas las demandas laborales sean abordadas sin más demora", reivindican.
Las organizaciones sindicales con representación en el centro de A Lama inciden en trasladar a la ciudadanía "la situación de precariedad en la que se encuentra el servicio público de prisiones". "Con un conflicto laboral que está enquistado por la falta de dialogo del Ministerio de Interior y que continúa lejos de solucionarse porque el Ministerio sigue haciendo oídos sordos a las reivindicaciones laborales de los trabajadores penitenciarios", han explicado.
En este sentido, han señalado que "la precariedad laboral a la que se enfrenta el personal penitenciario es inasumible y así lo demandan las organizaciones sindicales convocantes" con, añaden, "una falta de personal acuciante que hace difícil la labor encomendada por la Constitución". "La sanidad penitenciaria agoniza por la falta de personal y medios, siendo desmantelada mientras las comunidades autónomas siguen sin asumir las competencias", han sentenciado.
MEDIDAS PREVENTIVAS. Entre otros aspectos, han incidido en "la lacra de las agresiones, que continúa en prisiones sin que se tomen medidas preventivas por parte de la Administración penitenciaria con un protocolo específico de actuación frente a las agresiones (Peafa) que no cumple la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y no protege los trabajadores de las agresiones".
Al respecto, han reiterado las denuncias de falta de personal que, unido al envejecimiento de las plantillas, hace insostenible el desempeño de sus funciones, "generando graves problemas en cuanto a la seguridad y custodia internos, así como para la propia salud del personal penitenciario con un aumento exponencial de las agresiones", han concluido.
